Horacio Ernesto Bisone Moyano, de 28 de edad, era militante en la Juventud Peronista y trabajaba en el gremio gráfico. Estaba casado con Stella Maris de Conick, con quien tenía dos hijos: Paula Verónica, de 5 años, y Matías Sebastián, de 2 años. En 1977 se separaron, pero siguieron vinculados. Era un padre presente, preocupado por sus hijos, describió su exesposa.
Horacio Bisone era una persona jovial y generosa. Su esposa solía repetirle: “tenés amigos hasta abajo de las piedras”. Tenía una voz privilegiada y cantaba muy bonito. Su amigo Carlos Sota, describió a Horacio como un hombre muy humilde, solidario, histriónico, divertido y un gran contador de cuentos.
Contaba con profundos valores cristianos. Años antes fue seminarista, dejó el claustro pero siguió trabajando con los curas que abrazaron la “opción por los pobres” y tenía lazos con los curas del Tercer Mundo. En este marco, participó de actividades comunitarias en el barrio Santa Elvira de Guaymallén y fue cercano a los sacerdotes “Macuca” Llorens y Jorge Contreras.
En los tempranos 70, la pareja de Conick/Bisone había sido contactada por Montoneros y estuvo encuadrada en la Juventud Peronista y en el ala sindical.
A mediados de los años 70, Bisone dejó su oficio de linotipista en la actividad gráfica y cubrió el cargo de gerente en la Bodega Calise. Uno de sus propietarios, Victorio Cerutti, fue secuestrado y desaparecido en enero de 1977. Al empresario, durante su cautiverio, lo obligaron a transferir sus bienes a Wil-RiI. S.A., una entidad fantasma orquestada en la ESMA, dato no menor en la vida de Bisone.
Stella de Conick confirmó que, posiblemente, previo a su relación laboral, Horacio tenía contacto político con Cerutti. La caída del empresario lo dejó en la calle. De hecho, en octubre de 1977, cuando la pareja se separó, él estaba desocupado. Para mediados de 1978, se encontraba cesanteado y, debido a los secuestros y desapariciones de varios de sus compañeros, vivía en distintos domicilios transitorios desde hacía más de un año.
Finalmente, el 25 de septiembre de 1978, durmió en la casa de su madre, ubicada en calle Dean Funes 339 de Dorrego, Guaymallén. Salió a las 8:00 de la mañana con miras a ver un posible trabajo y manifestó que regresaría al medio día. Según testigos presenciales, fue secuestrado en el centro de la ciudad de Mendoza. A la fecha, se encuentra desaparecido. (Leg. CONADEP 5221).