Miguel Julio Pacheco, hijo de María del Carmen Rebollo y Miguel “Pachín” Pacheco, nació en la ciudad de Benito Juárez, provincia de Buenos Aires. “El Lobo”, como le decían cariñosamente, cursó la primaria en la escuela N°3 y el secundario en el Nacional de dicha ciudad.
Su padre lo recuerda como un niño al que le gustaba hacer travesuras, muy inteligente en el colegio. Cuando finalizó el secundario, emprendió su camino a la Universidad de La Plata para estudiar Arquitectura. Allí comenzó a militar en la Juventud Universitaria Peronista (JUP) junto a su amigo, Luis César López Muntaner. Conoció a Nora Otín, originaria de General Alvear, provincia de Mendoza, que estudiaba Odontología en la misma universidad. Ambos decidieron casarse en 1974.
Entre sus compañeros de militancia, ha sido recordado como “el que tocaba la guitarra y animaba las reuniones», principalmente en los momentos más difíciles que les tocó vivir.
En 1976, mientras cursaba su quinto año de carrera, Julio y Nora se trasladaron a Mendoza para escapar, pues la Triple A los estaba persiguiendo. A pesar de las circunstancias, arduas para quienes pensaban diferente, la vida de Julio siempre estuvo marcada por la lucha política, de modo que cuando se estableció en la provincia, en el departamento de Las Heras, continuó militando en Montoneros.
Además, trabajó en el proyecto de construcción de las canchas para el Mundial de Fútbol del 78 para la empresa constructora Natalio Faingold, que lo contrató porque era muy buen estudiante.
Julio y Nora estaban a la espera de su primer hijo. Las ansias de “el lobo” por ser papá se mostraban a flor de piel: en una carta enviada a sus familiares, mencionó que no iba a viajar a Benito Juárez porque quería ahorrar dinero, pues deseaba comprar una heladera para guardar la leche que su hijo tomaría cuando naciera. El día 7 de abril del 1977, Julio salió a trabajar a las 6:30. Esa es la última vez que fue visto.
Seis días después, el 13 de abril, Nora ‒que se había refugiado en la casa de su infancia en General Alvear‒ dio a luz a Julio Martín. Su nombre es una forma de honrar a su padre, a quien nunca pudo conocer.
Con el pasar del tiempo, un militar que expresó estar arrepentido se acercó a Miguel Pacheco, padre de Julio, y le dijo que este había sido asesinado en la pista de El Plumerillo el día 8 de abril de 1977. Hasta la fecha, Julio Miguel continúa desaparecido. (Causa 056F).