Soy María Esther Dauverne, expresa política, jubilada docente, viuda, madre de Sebastián y Marianela y abuela de Valentina y Catalina. Soy una de las tantas sobrevivientes del golpe del 24/03/76. Siempre desde joven milité por convicción en el peronismo y fui simpatizante de Montoneros.
Me detuvieron el 12/04/76 en San Rafael, en casa de mis padres, me vine a hacer ver por encontrarme embarazada, mi lugar de residencia y trabajo era Mina Huemul, Malargüe, y también el de mí marido que trabajaba en la CNEA.
Dos integrantes de los servicios de inteligencia (Labarta y Fierro) me pidieron que los acompañara para hablar con el mayor Suárez. Me llevaron junto con mí hijo de un año y cuatro meses y sin mediar palabras me dejaron detenida primero en Infantería, luego fui trasladada a los calabozos del Poder Judicial (dónde no había ni baños) y terminé el raid en la Cárcel de Encausados de San Rafael. Recuperé mi libertad en la Municipalidad, dónde estaba el Comando, el 30/04/76. Mi marido permaneció ocho meses detenido en los calabozos del Poder Judicial, donde vimos y sufrimos torturas. También vimos cómo desaparecían compañeros con «libertades firmadas». Es difícil contar todo el miedo, el terror y el horror de ese tiempo.
Cuando llegaron los juicios, en mí caso fue la posibilidad de contar todo lo vivido, sacar a la luz lo que no podíamos gritar durante años, poder visibilizar a los que no están y poder mirar a los genocidas a la cara. Escuchar las sentencias fue como estar en paz conmigo misma.
Si bien fue algo que no buscamos pasó, y hay que contarlo y repetirlo para que el NUNCA MÁS sea una realidad, se lo debía a los compañeros que no pudieron testificar.
En San Rafael cuesta mucho reunirnos, las mujeres detenidas fuimos nueve. Dos son desaparecidas, cuatro han fallecido y las tres que quedamos no somos de participar. Los hombres van quedando pocos y también les cuesta participar, y creo que respeto los motivos, no todos tomamos igual las situaciones.
Actualmente estamos con el cuarto juicio en San Rafael y todo es por zoom, lo que lo hace poco visible, pero sigo participando. En este momento estamos trabajando para la señalización de algunos centros de detención y hemos pedido los calabozos y Bomberos para sitio de memoria. Esperamos tener suerte. Por supuesto que esto es una décima parte de todo lo pasado, pero es lo que puedo subir para ustedes, mujeres que pasaron por lo mismo y continúan como sobrevivientes resguardando la memoria.