Germán Ríos

AUDIENCIA 13 / EL DOLOR DE RECORDAR

20-10-21 | En la audiencia de este miércoles declararon Germán Ríos, detenido en agosto del 76, Blanca del Carmen Nievas y Luis Ventura Nievas, hermana y hermano Félix Órdenes. Órdenes desapareció mientras hacía el servicio militar en Campo Los Andes. La próxima audiencia será el 3 de noviembre a las 9:30.

Mesa servida en la bodega Garbín

Germán Ríos —quien ya declaró en los juicios de lesa humanidad llevados adelante en San Rafael en 2010 y 2015— dio detalles de su detención, ocurrida en agosto de 1976 en su domicilio. El testigo relató que fue capturado cuando llegaba a su vivienda, momento en que se percató de que la casa estaba rodeada de policías. Profundamente conmovido, ni bien inició su relató pidió unos minutos para continuar.

Una vez recuperado, detalló que lo detuvieron junto a su esposa, embarazada de ocho meses, su hermano y su cuñada. Identificó como parte del operativo a Labarta y Fierro, a quienes conocía «de verlos en la ciudad”: “Yo sabía quiénes eran». 

«Pudimos dejar al bebé de mi hermano con la vecina. nos detuvieron a los cuatro. Fui trasladado a una dependencia policial donde fui golpeado, desde el mediodía hasta la noche soporté castigos, insultos. De mi casa se llevaron todo lo que pudieron. Se llevaron dinero que tenía en la mesa de luz para comprar la cuna y ropa del bebé, se llevaron anillos y toda la comida de la heladera», recordó. Del operativo, explicó, participaron policías. No reconoció a personal militar, aunque podrían haber estado de civil. 

A la mañana siguiente Ríos fue trasladado a Infantería, donde estuvo un par de horas. Luego lo alojaron en Tribunales. Un día lo condujeron a la bodega Garbín. «Allí me golpearon con tablas un montón de tiempo. Me llevaron al baño, me sacaron la venda y estaba el oficial López. Me dejaron lavarme la cara. En una mesa que estaba lista como para almorzar estaba el mayor Suárez, que me insultaba y me decía que iban a matar a todos los guerrilleros. Por lo que vi en la mesa eran todos militares. Era un comedor de una casa donde funcionaba Garbín».

Germán Ríos

En este lugar le preguntaban por Irma Berterre, que había sido compañera suya del colegio nocturno. “Yo ya había terminado el secundario y estaba dedicado a mi familia, había perdido el contacto con ella. Me enteré de su muerte en el primer juicio, sentí un profundo dolor porque era una buena persona», declaró. 

Ríos reveló que en otra oportunidad sus captores lo hicieron salir con los ojos vendados, le apoyaron un arma y le dijeron que lo iban a desaparecer: “No supe quién era porque tenía los ojos vendados». La golpiza y el momento en que apoyaron el arma en su cabeza fueron, según el testigo,  uno de los momentos más traumáticos que vivió en reclusión. 

En noviembre del 76 lo condujeron a Mendoza, donde compartió cautiverio con Humberto Roca Rubio y Francisco Flores. Posteriormente fue trasladado a la Unidad 9 de la Plata en un avión Hércules. Viajó encadenado y soportando constantes golpes. “Nos robaron todo, a mí una cadenita y dos pesos que me había dado mi madre», señaló.

En La Plata permaneció hasta septiembre del 77, fecha de su liberación. En esta cárcel estuvo detenido junto a Barahona y Masini. «Con Barahona compartí muchos meses la celda en La Plata. Era muy buen compañero de celda, y muy buena persona», describió.

En relación a su cautiverio en la Departamental, Ríos relató que también se hallaba Berón y que  «escuchaba a Montenegro”: “Pero tuve poca relación porque a ellos los fueron liberando, o no (…) no teníamos relación. Los escuchábamos cuando íbamos al baño. Yo estaba muy mal psíquicamente, estaba en el piso, si no hubiera sido por la gente que estuvo conmigo no hubiera podido soportarlo», admitió agradecido el testigo.

Precisó que a Montenegro lo conocía previamente «del barrio». «Yo solía ir mucho por la zona de Constitución y los conocía de vista». 

Por último, Ríos señaló que tuvo militancia en el peronismo y que conoció a Humberto Roca en Santa Fe porque compartieron la pensión cuando ambos eran estudiantes: «Pero no compartimos vinculación militante». 

Torturas a la madre de un soldado

Luego declaró Blanca del Carmen Nievas, hermana de Félix Órdenes, soldado que estaba haciendo el servicio militar y aún continúa desaparecido. Por su destino incierto es juzgado en este debate Mario Ocampo, exintegrante del Ejército. 

Blanca del Carmen Nievas

Nievas recordó su detención, la de su madre, su hijo, su cuñada y su hermano Luis una noche de marzo del 76, cerca de las 23, en la casa que compartían en Telles Meneses al 478. «Llegaron los militares y nos vendaron los ojos, nos llevaron. Vivíamos en un ranchito, estaban todos vestidos de verde, creo que eran militares. Algunos tenían ropa como camuflada. Revolvieron todo, decían que teníamos ideas políticas, pero nosotros no sabíamos leer. Creo que se llevaron un papel que mi madre le estaba haciendo a mi hermano para salvarlo de la colimba. A la madrugada nos soltaron detrás de la fábrica Fernández por la calle Italia y España». Mencionó que la familia fue llevada a Infantería y que a su hermano Luis le dieron una paliza «y casi lo mataron». 

Su madre, Rosario del Carmen Velázquez, fue trasladada a un predio de Cuadro Benegas, donde le propinaron castigos físicos como quemaduras en el cuerpo y ataques altamente ultrajantes en su integridad sexual. «Le preguntaban nombres de personas que nosotros ni conocíamos», detalló. 

Blanca aseguró que estuvieron en Infantería: «Días antes yo había ido a hacer trámites y reconocí el portón de lata que hacía ruido». Cuando fue liberada junto a su cuñada buscó a su madre, que había sido llevada a Cuadro Benegas. La mujer estuvo detenida cerca de un mes en distintas dependencias: pasó por Infantería, Bomberos, Tribunales y, finalmente, recaló en la cárcel. «Yo la fui a ver a los lugares donde estaba. Mis hermanos no fueron porque tenían mucho miedo. Quizás yo, por ser chica… tenía 16 años y ella me faltaba», dijo entre sollozos. 

Su hermano Félix desapareció mientras hacía el servicio militar. «Supuestamente le llegó una carta que decía que mi mamá estaba muy mal y que por eso le daban salida. Pero él nunca llegó a mi casa». A la semana de esa licencia lo fueron a buscar militares porque  supuestamente había desertado del Ejército.

La testigo refirió que en una de las ocasiones en que Félix fue detenido lo llevaron a la Municipalidad. Allí, los militares le habrían pedido al soldado que identificara dónde vivían Sonia Luna y Martha Guerrero, que usaban el seudónimo de Carla y Perla. «Ellas aparecieron en el barrio enseñándoles a leer, pero jamás nos hablaron de política, nunca. Después nos enteramos de que eran militantes. A mi hermano lo hicieron ir a buscar a esas chicas», señaló la testigo. 

Blanca relató que en una de las visitas a la familia, Félix reveló «que él había peleado con un jefe del Ejército” cuyo nombre la testigo no recordó: “Ese hombre le había dicho que le iba a meter un tiro». 

Señaló que ni su madre ni su hermano tenían participación política, solo asistían, como muchos vecinos, a «reuniones para poner el agua en el barrio”. “Se hacían sorteos para comprar caños, pero no hacíamos política», explicó. 

Ante las preguntas del defensor oficial Ramiro Dillon, la testigo reiteró que los militares le habían pedido que identificara dónde vivían las maestras. Señaló entonces Dillon «una mínima diferencia con una declaración anterior de la señora Nievas». Y leyó una  foja del expediente de 2015 donde se le había preguntado a la testigo si su hermano podría haber colaborado con los militares. En esa ocasión, ella respondió que no y que todo lo que supo fue por comentarios de su madre.

Ramiro Dillon, defensor oficial

Ariel Civit, en tanto, pidió saber cómo había identificado que estaba en Infantería. La testigo reiteró que identificó el portón del lugar y que, al momento de firmar el papel de su liberación, pudo apreciar el lugar porque le levantaron la venda. En ese momento pudo identificar igualmente la camioneta de la Policía, «que era celeste y blanca». 

El hermano del soldado 

Luis Ventura Nievas también declaró por la desaparición de su hermano Félix Órdenes. «Nos llevaron a mi, a mi hermana y a mi vieja toda la noche detenidos. Tengo entendido que era Infantería», indicó. 

«Recuerdo que me pegaron (…) me tiraron al piso y me dijeron ‘si te movés hay una bomba en tu cabeza’. En mi casa yo tenía una foto de mi hermano Félix, me preguntaron ‘este quién es’, sé que eran militares (…) uno de ellos dijo ‘este es de los nuestros’. 

Luis Nievas

Coincidió con el testimonio de su hermana respecto de las torturas y la detención de su madre. Y agregó, visiblemente conmovido: «No sabíamos dónde estaba. Yo no podía ni entrar a verla. No tengo idea por qué la detuvieron. Sabemos que la torturaron».

Dijo que la última vez que vio a Félix fue en agosto. “Nació mi hija el 6 de agosto y él estuvo con nosotros. Se fue y nunca más lo vi». Posteriormente, personal del Ejército fue a buscarlo como desertor.”Mi hermano lo único que hacía era laburar, no tenía militancia, trabajaba en la construcción», agregó.

Ariel Civit

Dillon preguntó al testigo por los nombres de las maestras que el soldado Órdenes habría reconocido ante los militares, pero éste dijo no recordarlos. Ariel Civit, en tanto, le preguntó por el lugar en que estuvo detenido junto a su familia. Luis Ventura Nievas supo que era Infantería «por comentarios de la gente». 

La próxima audiencia será el 3 de noviembre a las 9:30

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El Colectivo Juicios Mendoza se conformó en 2010 por iniciativa de los Organismos de Derechos Humanos para la cobertura del primer juicio por delitos de lesa humanidad de la Ciudad de Mendoza. Desde ese momento, se dedicó ininterrumpidamente al seguimiento, registro y difusión de los sucesivos procesos judiciales por crímenes cometidos durante el terrorismo de Estado.