13-04-2022 | Luis Rizo Avellaneda siguió con su declaración ante el tribunal. Se enfocó en criticar y desmentir el testimonio de Delfo Rodríguez, ya fallecido, quien lo acusó de estar a cargo de interrogatorios y torturas. La próxima audiencia será el 27 de abril a las 9:30.
«No fui yo»
En la segunda jornada declarando frente al tribunal, Luis Rizo Avellaneda, exjefe de Inteligencia del Ejército en San Rafael, retomó su argumentación. Se enfocó en desacreditar a Delfo Rodríguez, el testigo que lo involucró en interrogatorios y torturas a presos políticos. Reiteró que Rodríguez lo confundió con otra persona que lo había interrogado y que existían declaraciones no coincidentes en lo que se refiere a su causa.
«Rodríguez me ha acusado cuando en el mismo juzgado consideraron que a esta persona lo habían detenido porque había sido acusado de un sabotaje en Carbometal. Sin embargo, dicen que esta detención fue como consecuencia de ser perseguido político. Las detenciones fueron realizadas por orden del Área 131 de Mendoza», agregó.
Insistió Rizo Avellaneda: «No hay motivo para considerar que yo haya estado haciendo una persecución de personas que no conocí». Aseguró que la Sección de Inteligencia de San Rafael durante sus dos años en calidad de jefe se abocó exclusivamente a la inteligencia exterior, «inteligencia táctica».
El imputado alegó que actuó «con benevolencia» para que cinco personas del Partido Comunista detenidas fueran tratadas por la justicia federal y no por los militares. «Por eso el general Maradona puso un concepto desfavorable para mí a lo largo de la carrera». Rizo Avellaneda citó las palabras de Maradona cuando le preguntaron si convenía que él siguiera en el cargo: «Completó dos años como jefe de sección y no se adecuó convenientemente a la responsabilidad del momento actual en la especialidad».
Según este acusado, Delfo Rodríguez lo señaló por confusión con alguien más, porque le dijeron su nombre a posteriori. En otro tramo de su declaración, sostuvo: «No tuve ninguna intervención en la lucha contra la subversión, en el primer juicio de lesa humanidad en San Rafael nadie mencionó mi nombre ni a mi sección. Ni mi gente ni yo íbamos a los centros clandestinos de detención. La bodega Garbín era un sitio de comando del jefe de la subárea, el mayor Suárez, quien tenía la responsabilidad de la seguridad interior, no hubo presencia nuestra en esos centros clandestinos».
Después apuntó sobre la acusación de Rodríguez: «Parecen crear dudas sobre el imputado para lograr algún resarcimiento». Indicó además que el testigo primero declaró haber sido amenazado en un interrogatorio con un revólver y luego con una pistola. La víctima «no podría confundirse porque había hecho el servicio militar y conocía bien las armas», argumentó.
La próxima audiencia será el miércoles 27 de abril a las 9:30
