
20-19-2019 | Hoy declararon Juana Herrera y José Ramón Mini. Sumaron dos nuevos testimonios a la investigación por la desaparición de Sara Palacio y Marcelo Verd. En este caso, se trató de las dos personas que vieron a Sara Palacio antes de su desaparición. La próxima audiencia, después de la feria judicial, será el viernes 7 de febrero a las 9:30.
El presidente del tribunal, Alberto Carelli, anunció al comenzar la audiencia que los imputados Agüero y Raganato no iban a poder estar presentes por videoconferencia. Todo debido a que la Cámara en Córdoba es la encargada de los equipos técnicos y comunicó que su uso está está previsto para el juzgado de instrucción y la misma Cámara, pero vedado para el Tribunal Oral Federal.
Además, el fiscal Daniel Rodríguez Infante le pidió al tribunal sumar a la lista de testimonios a Daniel Alcoba ‒desde Barcelona‒ y a Teresa Meschiatti ‒desde Córdoba‒, a raíz de lo testimoniado por Mariana Verd en la última audiencia. Matilde Ojeda, otra de las nombradas, no está en condiciones de declarar.
Juana Herrera declaró por videoconferencia desde Mar del Plata. En 1971 tenía 16 años y se dedicaba a cuidar a las hijas del matrimonio de María Eugenia Verd y José Mini. A Sara la conocía de la casa de Aburnio Verd, padre de Ma. Eugenia.

Contó que la mañana de “un día de semana”, “la señora Sarita” le dejó a sus dos hijas y le dijo que más tarde volvería a buscarlas. Iban con ella unos “hombres de traje” que Juana no conocía. Aseguró que ese día estaba sola en la casa, pero ‒pasaron ya 48 años‒ según una declaración del año del suceso, en la casa también estaba Mini. En esa instancia, había referido que “la señora María Eugenia estaba en el sanatorio” pero esta vez no lo recordó.
Juana también supo que ese día familiares de Mendoza buscaron a las hijas de Sara y Marcelo. Pero toda la situación era muy hermética, nadie hablaba públicamente del hecho y ella no se animaba a preguntar más.
Recordó que, luego de este hecho, la llevaron a una rueda de reconocimiento: a través de unos vidrios había distintos hombres pero no identificó a ninguno como acompañante de la señora Palacio. Con el tiempo se enteró de que el matrimonio había sido secuestrado y nunca más había aparecido.
José Ramón Mini se hizo presente en la sala de audiencias. Estuvo casado con María Eugenia Verd, hermana de Marcelo, y presenció el momento en que Sara dejó a las dos niñas en su vivienda.
Relató ante el tribunal que el día del secuestro del matrimonio había llegado muy cansado a su departamento, cerca de las diez de la mañana, luego de cuidar a su madre en un sanatorio. Su intención había sido acostarse, pero sonó el timbre. En la casa también estaba Juana, la empleada. Sus dos hijos tal vez ya habían sido llevados a la escuela. No recuerda quién abrió.

Explicó que desde el marco de la puerta vio a su cuñada con sus dos hijas: “Te voy a dejar a las nenas, te las encargo”, dijo Sara. El pedido no le sorprendió. El matrimonio Verd-Palacio vivía relativamente lejos del centro y pensó que podía necesitar hacer algún trámite. Sin embargo, con Sara iban también dos hombres jóvenes, de traje. Recordó la nariz recta de uno de ellos.
Al día siguiente, sin noticias, trataron de contactarse con la pareja luego de que no hubieran vuelto a buscar a las niñas. En algún momento él y Gaspar Verd -otro hermano de Marcelo- se dirigieron a la casa de la familia. La encontraron toda revuelta, con la puerta abierta, “como si hubieran entrado ladrones”. Después fueron a hablar con su suegro, Alburnio Verd. Él tomó las riendas de la investigación e hizo las denuncias. Durante dos meses hubo un Ford Falcon vigilando su departamento.

José declaró en sede policial en 1971. La fiscalía recordó algunos tramos de este testimonio que ya tiene más de cuarenta años. Entre ellos, que Sara “estaba nerviosa” cuando dejó a las hijas. También un elemento fundamental: José había asegurado que desde la ventana de su habitación, cuando iba a acostarse después de recibir a sus sobrinas, vio a Sara subiendo a un Fiat 1500. La patente tenía la letra “M”, correspondiente a Mendoza.
En relación con la visita a la casa del matrimonio, esta declaración señalaba que habían encontrado el auto marca Gordini en la calle, además de pintadas color naranja con las siglas “FAL” en el garaje. Al oír la lectura de su declaración, el testigo recordó estos hechos.

Sobre Marcelo, dijo: “Mi cuñado era un tipo fuera de serie, un buen tipo”. Familiero, muy compañero de su hermana María Eugenia. No sabía nada de su vida privada: “era un tipo común”. Explicó que la noticia del secuestro de él y su esposa fue muy conocida en San Juan porque Alburnio era un periodista deportivo de renombre, además de que esta provincia se parecía a un “pueblo chico”.
La próxima audiencia, después de la feria judicial, será el viernes 7 de febrero a las 9:30.