AUDIENCIA 32 / SEGUIR CADA PISTA

11-09-2020 | A través de la plataforma Zoom, dos nuevos testimonios sumaron elementos a la investigación sobre el secuestro y la desaparición de María Leonor Mércuri, ocurrida el 9 de septiembre de 1976 en el marco del Operativo Antijesuita. Su hermana María del Carmen relató los hechos y las pistas que recibió la familia. Sonia Dietrich confirmó las declaraciones previas de otras compañeras y amigas de Leonor. La próxima audiencia será el viernes 18 de septiembre a las 9:30.

La jornada se desarrolló sin inconvenientes en la nueva plataforma virtual que implementó el Tribunal Oral Federal 1 para el noveno juicio. Periodistas e integrantes de los organismos de Derechos Humanos pudieron seguir las declaraciones de forma remota.

“Mis padres tenían una enorme capacidad de esperanza”

Declaró María del Carmen Mércuri para completar el testimonio familiar sobre la desaparición de su hermana Leonor. La audiencia anterior el tribunal oyó a Margarita Mércuri.

Sala virtual

El domingo 12 de septiembre de 1976, a sus quince años, María del Carmen atendió el teléfono en su casa de Buenos Aires. Era Nora Mazzolo comunicándose desde Mendoza. Antes de que tomara la llamada su madre, llegó a oír las palabras “Leonor tiene la misma enfermedad que Raúl”. Como explicó su hermana Margarita el viernes pasado, la frase hacía referencia a la detención que había sufrido un primo a principios de ese año. Esa misma noche, Dolores Monzó viajó con su hijo Leopoldo a nuestra provincia. Recién ahí supieron que la joven no estaba detenida, sino desaparecida.

Al llegar se alojaron en el departamento que Leonor alquilaba en el barrio Cementista, cuya dueña, de apellido Azcurra, era enfermera. La mujer les entregó las llaves y les explicó que la había visto por última vez el 9 de septiembre por la mañana. Por lo tanto, María del Carmen presume que esa noche, después de la facultad, Leonor no regresó al domicilio.

Su madre y su hermano fueron a la casa de Nora e hicieron la denuncia en la comisaría. El personal policial se burló de la situación: “Le decían a mi mamá que Leonor se debía haber ido con algún muchacho, que ya aparecería”. Se enteraron de que Inés Correa Llano, que había vivido con ella, también había desaparecido días más tarde, el 16 de septiembre. Hablaron con su tío, trabajador del Banco Nacional de Desarrollo al igual que Mércuri. Precisamente, el 14 de ese mes la familia recibió un telegrama del banco con una intimación. Leonor no se presentaba desde el 10 de septiembre.

Relató también que al regresar al departamento del barrio Cementista se encontraron con la puerta de un armario violentada, arrancada: “Posiblemente buscasen cartas, algo que pudiese estar escondido”, explicó.

“Mis padres tenían una enorme capacidad de esperanza”, aseguró. “Siguieron cada pista, cada probabilidad, aunque insignificante. Prácticamente han recorrido todo el país. Se han entrevistado con militares, con personas de la Iglesia, con civiles”. Se enteraron extraoficialmente de que la habían trasladado a La Plata, luego “estaba siendo buscada en Córdoba”.

María del Carmen Mércuri

A fines de 1976, por medio de Daniel Alonso -amigo de la familia- oyeron por primera vez el nombre “Operativo Antijesuita”. Como detalló la semana pasada Margarita, Alonso era portero de un edificio de oficinas en Viamonte 766 de la Ciudad Autónoma, donde trabajaba alguien de apellido Palmieri. Sus socios eran los militares Ciro Ahumada y Osvaldo Regueiro, este último, integrante de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) de Mendoza, según la testigo.

A través de este contacto, le hicieron llegar a Ahumada los datos personales de Leonor: fechas, DNI, estudios, actividad en el barrio San Martín junto a “Macuca” Llorens. Luego de leerlos, señaló que posiblemente había desaparecido en el “Operativo Antijesuita”. Lo confirmó al regresar de Mendoza y agregó que no pesaba ninguna acusación grave en contra de ella: “Si se hubiera enterado enseguida, la hubiera sacado de un periquete”, es lo que supuestamente dijo Ahumada.

La referencia al Antijesuita también llegó por Atilio Pozo, un pariente con vínculos en la Policía. “Se decía que Llorens era jesuita, por eso el operativo llevaba ese nombre”, explicó Mércuri. El sacerdote mendocino estuvo en su casa y se entrevistó con su padre y su madre.

Se presentaron dos habeas corpus a favor de Leonor. Uno de ellos tuvo respuesta firmada por el exjuez Petra Recabarren en la cual desconocía que estuviese detenida. También hicieron denuncias en la Corte Interamericana de Derechos Humanos y ante las autoridades españolas, por la ascendencia materna. De igual manera en el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) y los distintos organismos que fueron surgiendo. Su madre iba al Ministerio del Interior cada dos meses a pedir información.

“Mis padres eran religiosos practicantes e hicieron búsqueda por conexiones en la Iglesia”, relató. Se encontraron con sacerdotes que contuvieron y otros que se excusaron. Su padre increpó a monseñor Tortollo por tolerar las atrocidades que se estaban cometiendo: “Es lo único que podemos hacer”, habría contestado el clérigo.

Sala de audiencias

Al principio, la familia fue muy cautelosa. Querían evitar cualquier tipo de consecuencias para las personas que aportaban datos. En Mendoza, en una marcha, una señora señaló al chico que vió cómo secuestraban a Leonor. El niño de diez años había entrado gritando “se llevaron a la maestra” y mencionó que había varios hombres. Al escucharlo, su madre se paralizó y no pudo buscarlo para preguntarle algo más.

Leonor daba apoyo escolar en el barrio San Martín. Había llegado a Mendoza con contactos que le había facilitado un profesor. Cuando empezó, en sus cartas le contaba a su familia la idea de armar una cooperativa de vivienda.

Se comunicaba seguido, cada quince días. Llamó por última vez el 7 u 8 de septiembre. La habían visto unos meses atrás, en abril, cuando viajó con Nora Mazzolo para el casamiento de uno de sus hermanos. “Recuerdo que hablaba con mi mamá de cosas que sucedían en Mendoza”. No obstante, la testigo no oyó hablar de persecución: “Quizás no lo dijo para no preocupar a mis padres”, reflexionó.

María del Carmen respondió que la familia no estaba al tanto de que Leonor tuviese actividades por fuera de lo social. Relató que recién en 2015, a raíz de una persona que se puso en contacto con ella por una investigación, se preguntó por la actividad política de su hermana.

La querella solicitó que la testigo pusiera a disposición del tribunal toda la documentación que conservaba, fundamentalmente donde su familia había registrado las gestiones realizadas para dar con el paradero de Leonor.

Las estudiantes de Asistencia Social

La querella también ofreció el testimonio de Sonia Dietrich, quien declaró en la audiencia de hoy. Junto con Leonor Mércuri, Delia Nora Mazzolo, Teresa Muñoz, Susana Negrette y Alicia Lorenzo integraban un grupo de estudiantes de Asistencia Social que brindaba ayuda escolar en el barrio San Martín. Tenían una o dos reuniones semanales con el cura Llorens, él las guiaba en la tarea. La testigo no le conoció militancia política a Leonor.

Sonia Dietrich

Dietrich relató que en septiembre del 76, cuando notaron la ausencia de Mércuri, se acercó al departamento que su amiga alquilaba en el barrio Cementista de Las Heras. Las cosas estaban en orden, pero no encontró a su amiga. La dueña estaba un poco molesta porque Leonor no había vuelto.

En esos días se reunieron con Llorens y él les advirtió que se alejaran, especialmente a Sonia ya que su padre era militar retirado. El cura les dijo además que la situación era peligrosa -sabían de muchas personas desaparecidas- y les sugirió que distanciarse era una forma de cuidarse.

La testigo contó que sus compañeras se reunieron pero ella no participó. Tampoco tuvo contacto con la familia de Leonor. En una ocasión, luego de la desaparición de su amiga, un auto rojo chico la siguió hasta la esquina de su casa y eso le llamó la atención.

Sonia Dietrich recordó que se rumoreaba que a Leonor Mércuri la habían arrojado al dique El Carrizal. No tuvo más novedades del caso.

La próxima audiencia será el viernes 18 de septiembre a las 9:30.11

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El Colectivo Juicios Mendoza se conformó en 2010 por iniciativa de los Organismos de Derechos Humanos para la cobertura del primer juicio por delitos de lesa humanidad de la Ciudad de Mendoza. Desde ese momento, se dedicó ininterrumpidamente al seguimiento, registro y difusión de los sucesivos procesos judiciales por crímenes cometidos durante el terrorismo de Estado.