Una vez finalizada la etapa de alegatos, en la que la defensa del Ministerio Público y los abogados particulares solicitaron la absolución lisa y llana de todos los procesados, se conoció el fallo condenatorio. Con el cúmulo de pruebas exhibidas en el debate y en coincidencia con el pedido de la fiscalía y las querellas, el tribunal sentenció a prisión perpetua a Aníbal Guevara, Raúl Ruiz Soppe y José Labarta por homicidio triplemente agravado, aplicación de tormentos, asociación ilícita y falsedad ideológica.
El abogado Raúl Egea recibió una pena de ocho años por falsedad ideológica, un monto que quedó como término intermedio entre los seis años solicitados por la fiscalía y los doce años pedidos por las querellas.
El 16 de noviembre de 2010 marcó un hito para la historia de Mendoza porque por primera vez fueron condenados penalmente los responsables de crímenes de lesa humanidad. El clamor de juicio y castigo, sostenido en el tiempo, llegaba en la letra de una sentencia que dejaba en claro lo sucedido durante el terrorismo de Estado, oficiaba de reparación ante tantas vidas arrasadas y empezaba a reescribir la historia.