Eva Lerouc declara frente al tribunal. Detrás de ella, la sala llena atrás

AUDIENCIA 28 / “A LOS CUATRO AÑOS SEGUÍA PIDIENDO QUE ME LLEVARAN A VER A MI MAMÁ”

20-09-2024 | Eva Lerouc sumó su testimonio con relación a la desaparición de su madre, Marta Élida Saroff, y a la detención de su abuelo, Armando Antonio Lerouc, en el marco del circuito represivo que tenía al D2 como eje. La próxima audiencia, que aún no tiene fecha estipulada, será una inspección ocular a Colonia Papagallos —establecimiento escolar utilizado como Centro Clandestino de Detención—, mientras que, el 1.° de octubre, concluirá su testimonio Ana Mabel Tortajada.

Hacia las 10:30 horas de un primaveral viernes, el Tribunal Federal 1 de Mendoza se dispuso a iniciar una nueva audiencia del 13.° juicio por delitos de lesa humanidad en Mendoza. En este juicio se investigan las responsabilidades de los crímenes vinculados al ex-D2, tanto en su carácter de Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio (CCDTyE) como en su rol dentro del aparato de inteligencia.

Así las cosas, María Eva Lerouc —acompañada por su familia en la sala— fue quien ofreció su testimonio con relación a la desaparición de su madre, la detención de su abuelo, el asesinato de su padre —hecho ya investigado en un juicio en San Juan— y el hostigamiento continuo al que se vio enfrentada su familia durante el terrorismo de Estado, incluidas detenciones en el D2 y en el Liceo Militar Gral. Espejo. Eva ya había declarado con anterioridad en San Juan, y la fiscalía presentó esas declaraciones como prueba en este juicio.

Hostigamiento y persecución

María Eva Lerouc, hija de Marta Élida Saroff y de Armando Alfredo Lerouc, nació el 18 de mayo de 1974. Es hermana de Fernando Luis Lerouc, nacido en abril de 1976. Su padre y su madre eran del departamento de San Martín, Mendoza, y militantes de Montoneros. Alfredo tenía una imprenta en la que trabajaba y Marta  —que había cursado tres años de Ciencias Políticas en la universidad— era maestra de escuela primaria y trabajaba en la sucursal de Palmira del Banco de los Andes, donde además era delegada gremial. Desde su militancia, realizaban trabajo social en el barrio La Horqueta, una villa miseria que hoy en día ya no existe.

Para 1976, la pareja había empezado a ganar cierto reconocimiento por su militancia en la provincia, y por eso llegaron a sufrir allanamientos. En abril de 1975, por ejemplo, Manuel Anselmo Saroff, padre de Marta, pasó diez días en el D2 tras un allanamiento en el que buscaban a Alfredo. Por ello, ante el inminente nacimiento de Fernando, decidieron resguardar su seguridad y salir de la provincia. Se asentaron en San Juan. Primero llegó Alfredo y luego, tras el nacimiento de Fernando, Marta. Eva quedó en San Martín al cuidado de sus abuelos maternos, quienes solían viajar a la provincia vecina a visitar a la pareja y al recién nacido.

En San Juan, Marta y Alfredo no cesaron en su esfuerzo y continuaron con su militancia hasta que, en noviembre de 1976, la pareja fue secuestrada. Desde entonces, no hubo más noticias hasta la aparición de Alfredo asesinado. Fernando, en tanto, siendo un bebé de apenas siete meses, fue dejado en medio de la noche en la puerta de la casa de su abuela y su abuelo en San Martín, con ropa fea, olor a cigarrillo y una nota supuestamente escrita por Marta, pero la madre de la mujer dijo que era imposible que fuera ella porque se hubiera comunicado como hizo todo ese tiempo desde la clandestinidad. Nunca supieron cómo llegó hasta allí. Desde entonces, Eva y su hermano quedaron bajo el cuidado de sus dos abuelos y dos abuelas, que les hablaron del tema desde la infancia.

Asesinato y desaparición

Sobre el destino de Alfredo, el 20 de noviembre de 1976 escucharon en un informe que habían abatido en Barriales a un “guerrillero” que se hacía llamar “el Chastro”, como le decían a él. Tras recibir esta noticia, su familia acudió a San Juan a buscar su cuerpo y se encontró con que el acta de defunción decía que había muerto en la vía pública, pero en su cuerpo había evidencia de varios disparos.

De Marta, por otro lado, no supieron más nada, fue desaparecida. Hasta entonces, la familia había viajado varias veces a la provincia vecina y habían tenido encuentros clandestinos. Luego de la desaparición, a pesar de ser muy chica, la testigo la recordaba: “A los cuatro años le seguía pidiendo a mi abuela que me llevara a ver a mi mamá”. Su abuela hizo de todo para dar con Marta, desde recursos de habeas corpus hasta cartas al Ministerio del Interior y al Arzobispado, pero nunca obtuvieron una pista de su paradero.

Una vez terminada la dictadura, cuenta Eva, comenzaron a armar el rompecabezas que significó su desaparición y gracias a los juicios realizados en la provincia —y, principalmente, a los testimonios de otras víctimas— pudieron sacar conclusiones sobre su derrotero luego del secuestro. Gracias al testigo Sergio Miranda, supieron que Marta fue vista por última vez en Colonia Papagallos, un tiempo después de que fuera asesinado Alfredo. Miranda había contado que había estado con dos maestras y reconoció la foto de Saroff.

Tras estos hechos, la familia siguió sufriendo el hostigamiento de las fuerzas, con continuos allanamientos e, incluso, la vigilancia a las personas que los visitaban. Además, a la detención de Manuel Anselmo Saroff en 1975 se sumó la detención de Armando Antonio Lerouc —padre de Alfredo— y su traslado al Liceo Militar General Espejo en 1977, donde estuvo uno o dos días antes de ser liberado. A Eva, hoy en día, esto no deja de sorprenderla. “Ya no estaba mi papá, ya no estaba mi mamá, y, sin embargo, seguían con el hostigamiento”, sentencia.

Próximos pasos en el 13.° juicio

Una vez terminado el testimonio, la fiscalía comunicó su intención de llamar a la tía de Eva —Ana Cecilia Saroff— a declarar. La defensa se opuso con el argumento de que su testimonio no es pertinente por no haber pasado ella por el D2. Por ello, el fiscal, Daniel Rodríguez Infante, se vio ante la necesidad de recordarle a la defensa que “en este juicio no solo se ventila el D2 como centro clandestino de detención, sino también como aparato de inteligencia al que se le atribuyen hechos que ocurrieron fuera del D2”.

La próxima audiencia, cuya fecha no fue estipulada aún, será una inspección ocular en Colonia Papagallos, un establecimiento escolar que funcionó como CCDTyE y donde fue vista por última vez Marta Saroff. Mientras tanto, el 1 de octubre, Ana Mabel Tortajada —quien no pudo terminar su declaración en la última audiencia por problemas en su conexión— concluirá su testimonio presencialmente.

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El Colectivo Juicios Mendoza se conformó en 2010 por iniciativa de los Organismos de Derechos Humanos para la cobertura del primer juicio por delitos de lesa humanidad de la Ciudad de Mendoza. Desde ese momento, se dedicó ininterrumpidamente al seguimiento, registro y difusión de los sucesivos procesos judiciales por crímenes cometidos durante el terrorismo de Estado.