Emiliano Pérez había nacido el 24 de julio de 1942. Era el menor de cuatro hermanos: Albino, Ofelia, Irma y Emiliano.
En el momento de su desaparición, estaba casado y vivía con su mujer, Isabel Güinchul, y sus dos hijas: Susana, de 12 años, y Alejandra, de 9. Emiliano, que trabajaba para una empresa constructora, fue secuestrado junto con su sobrino, Jorge Albino Pérez, tras cuyos pasos estaban las fuerzas de seguridad desde hacía algún tiempo. La detención ‒realizada por un grupo de personas armadas, vestidas de civil y con pelucas, movilizadas en varios vehículos‒ se produjo durante un operativo en el cual se allanaron varias viviendas.
Las fuerzas de seguridad destrozaron la casa de la familia Pérez, “levantaron hasta los pisos”, robaron sus pertenencias, destruyeron los libros, rompieron los colchones y se llevaron las fotografías.
Sus hijas recuerdan a Emiliano como una persona trabajadora, apacible y solidaria, que “siempre estaba de buen humor”. Alguien que leía de todo, desde novelas hasta libros de física, bricolage e historietas. Le gustaba dibujar y hacer, con “su letra preciosa”, las carátulas de los cuadernos de sus hijas en una casa que estaba siempre llena de gente, donde en la mesa hablaba del trabajo de Emiliano y los libros, de su gusto por la lectura.
“En mi casa había planos, rollos de planos por todas partes”, dice Susana Pérez.
Sin militancia partidaria, pero interesado en la política, Emiliano Pérez sostuvo una conducta solidaria con sus familiares: Jorge Albino y otro sobrino suyo cuya casa había sido allanada el 24 de marzo. Dicen sus hijas: “mis primos siempre han estado rondando la casa. Con ellos charlaba de política”.
Su casa fue asaltada por una patota armada en el marco del operativo desplegado en abril de 1977 y sus libros, destrozados. Emiliano, que tenía entonces 44 años, aún está desaparecido. (Causa 056-F)