Gisela nació el 4 de febrero de 1955. Era estudiante de Ingeniería y militante de Montoneros.
Estaba en pareja con Alfredo Escámez, estudiante también de la Universidad Tecnológica Nacional. Cuentan sus padres, Helga y Guillermo: “la verdad es que de Gisela hay mucho que hablar”.
Su padre la califica como voluntariosa, muy empeñosa. “En el Liceo Agrícola se acostumbraba, en el último año, entregar tres medallas de oro: una para el mejor alumno del último año, uno para el mejor promedio de todos los años y otra para el mejor promedio en ciencias exactas… Ella se llevó las tres medallas de oro. Aparte era muy buena en deportes, era campeona mendocina de natación”.
Y su madre señala: “Nosotros, de chicos, estábamos en el Partido Comunista, en la Juventud Comunista. Guillermo tenía sus ideas políticas y las transmitía a Gisela y sus hermanas, pero no respondían. Ella jamás se fue al Partido Comunista, a ninguno. Pero al final le gustó esa idea… no sobre formar o pertenecer a un partido político, sino hacer algo por un mundo mejor, para los pobres” (Publicado en el libro Hacerse cargo, en 2010).
La última vez que su familia la vio personalmente fue el 3 de abril. Posteriormente hablaron por teléfono ‒incluso el 8 de abril‒, pues Gisela los puso en conocimiento de que Ana María Moral había caído herida o quizás muerta a manos de la represión militar y de que ella y Juan José Galamba, al oír disparos próximos, habían logrado escapar. Hasta el momento del asesinato de Ana Moral, Gisela mantenía contacto con sus padres, quienes la ayudaban económicamente. Después de los hechos del 8 de abril no volvió a establecer contacto. (Exp.49.188-T-582)