Defensa y acusados

AUDIENCIA 200 / PROBLEMA DE IDENTIFICACIÓN

17-04-17 | En poco menos de una hora desarrolló su alegato Alfredo Paturzo, abogado particular del expolicía del D2 Rubén González. Para el defensor, su asistido nunca fue identificado claramente como torturador o violador y además, estimó que las pruebas que aportó la Fiscalía no son suficientes.

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Paturzo inició su exposición recordando que adhirió a los restantes defensores en el planteo de nulidad de la ampliación de imputaciones y citó como referencia al autor argentino Julián Maier cuando exige que las acusaciones estén acompañadas de “pruebas claras, precisas y circunstanciadas”.

Luego, trató de analizar cómo González fue vinculado con la causa que lo involucra. Y allí fue que apeló a la tan repetitiva excusa con la que casi todos los que cumplieron funciones en el D2 han pretendido desligarse de la represión ilegal. Dijo el abogado que su cliente nunca negó que haya trabajado en esa dependencia que fue el peor de los Centros Clandestinos de Detención, Tortura y Exterminio de la Provincia. Pero detalló que fue maestranza, estafeta y encargado de mantenimiento, además de desempeñar tareas de “reunión de información”, concepto bajo el que se busca esconder las tareas de vigilancia e inteligencia.

En cuanto a las pruebas, el defensor consideró que la Fiscalía se basó en una felicitación del excomisario Sánchez Camargo cuando destacó que González participó de la detención, desbaratamiento y aprehensión de una célula terrorista. Paturzo cuestionó la valoración que se hizo de tal documento.

El siguiente punto fue el de los testimonios de Rosa Gómez. El abogado no negó la veracidad de sus declaraciones pero sí dudó de que haya identificado correctamente a Rubén González como uno de sus abusadores. Dijo que la propia víctima habló en una de sus comparecencias de “un tal González” y que en otras ocasiones describió a un “hombre grande y de 1,70 de estatura. Tenía tez blanca y era rubio”. Este último aspecto es el criticado por Paturzo ya que, aseveró: “Mi pupilo nunca fue rubio”. Esto, de todos modos, no parece relevante cuando se recuerda que los policías del D2, muchas veces, se colocaban pelucas y que, alguna vez, “el Rubio” fue mencionado como el alias utilizado por uno de ellos.

Otro cuestionamiento al testimonio de Rosa fue que por una hermana se enteró del nombre de González a quien había visto en la Planta Verificadora de Automotores en la que el acusado nunca trabajó.

Al volver sobre la falta de elementos para identificar a Rubén González, Paturzo repasó una serie de testimonios de secuestrados en el D2 en los que ninguno lo menciona. Pero, no aludió a los testimonios que sí lo identificaron como los de Eugenio Paris y Graciela Leda. El abogado, como lo han hecho algunos de sus colegas y los propios imputados, recargó las tintas como principal violador, sobre el excomisario Bustos Medina, o “Mechón Blanco”, ya fallecido.

“Todos los aquí imputados han manifestado, categóricamente, que no participaron de las torturas y las violaciones. Estoy convencido de que Rubén Darío González no fue identificado claramente por Rosa Gómez”, fue la conclusión del letrado antes de solicitar la absolución lisa y llana de su defendido.

En la próxima audiencia está previsto que terminen los alegatos de las defensas con Omar Venier y Carlos Reig, abogados de los expolicías de la Séptima, Antonio Garro y José Lorenzo.

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