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AUDIENCIA 214 / ÚLTIMAS PALABRAS

03-07-17 | Diez de los imputados tuvieron la posibilidad de expresarse este lunes en la instancia que se conoce como “las últimas palabras antes de la sentencia”. La mayoría optó por no agregar nada o por decir sólo algún concepto. En cambio, Otilio Romano sí habló para descalificar al TOF y atacar al fiscal general Dante Vega.

La sorpresa

Causó asombro que dos agentes penitenciarios ocuparan sillas en el sector del público asignado a periodistas y a víctimas y familiares y allegados de víctimas. Consultado, uno de ellos dijo que no había ninguna orden especial, pero que permanecerían allí. Sin embargo, poco antes del ingreso de los jueces, el policía que persistía en su actitud –el otro ya había ocupado su lugar habitual, de pie, a un costado de la sala- finalmente desistió, se paró y fue junto a su compañero.

Romano al ataque

Luego de que Luis Miret declinara de expresarse para remitirse y ratificar todo lo dicho por su abogado, fue el turno de Romano, quien utilizó poco más de los 15 minutos que le dio el Tribunal. El exjuez comenzó por calificar de disparate la acusación que pesa en su contra. Contó que en su casa –cumple prisión domiciliaria- lo visitan muchas personas que no son abogados y, según él, no pueden creer que esté detenido.

“Estoy acusado de no encarcelar a militares”, intentó resumir el exmagistrado, para explicar una imputación que es mucho más amplia y significativa, ya largamente explicitada en este debate, que ese simple “estoy acusado de no encarcelar a militares”.

Seguidamente Romano consideró que llegó hasta acá, poniendo en juego su fama, una carrera de 40 años y dejando sin padre a sus hijos, por la mentira del Ministerio Público Fiscal. Y lanzó una serie de acusaciones, las mismas que dijo cuando hizo uso de la palabra durante el desarrollo del juicio. Dijo que le ocultaron dictámenes, que crearon bombas de humo con el tema de las costas por los Habeas Corpus, que tergiversaron un fallo en el que aludió a que la Fiscalía se había convertido en una oficina de objetos perdidos, que se cometieron omisiones deliberadas y que nunca explicaron el móvil por el cual habría cometido dolo. Remató diciendo que “esto es un capricho del Fiscal que sigue las políticas que le mandaron desde el gobierno más corrupto de la historia argentina”. Nada dijo, por supuesto, de que el actual Gobierno sigue siendo querellante en los juicios por delitos de lesa humanidad como el que se desarrolla en su contra.

Luego, incurrió en la misma contradicción mostrada cuando prestó declaración: “Me amenazaron, dicté sobreseimientos, nos pusieron bombas y puse en riesgo a mi familia cuando había secuestros y atentados por todas partes”. Enseguida pretendió aclarar que de esto se enteró después. Cabe preguntarse, entonces, a qué riesgos de refirió.

“Yo merecía otro Tribunal y otro juicio”, lanzó desafiante y anunció que irá a Casación como lo hizo el exjuez tucumano Manlio Martínez, cuya condena fue anulada parcialmente y dejada sin efecto la parte correspondiente a asociación ilícita. La Fiscalía ya anticipó su rechazo a este fallo por lo que se estima será la Corte la que, finalmente, decida.

Al terminar agudizó su ataque a Dante Vega. “¿Yo merecía este fiscal?”, dijo de modo despectivo, lo que provocó la oposición del representante del Ministerio Público por tratarse de un ataque personal que no tiene relación con el juicio.

“Su tiempo ha terminado”, le advirtió el presidente del TOF, Alejandro Piña y entonces Romano, en tono intimidante, le advirtió a los jueces: “Espero que ustedes puedan mirar a sus hijos a la cara después de la sentencia”.

El resto

Los demás imputados que tuvieron oportunidad de decir sus últimas palabras hablaron poco. El exjuez Rolando Carrizo sólo dijo que adhería a los dichos de Romano mientras que por Guillermo Petra –ausente por enfermedad- su abogado Juan Day anunció que su defendido no tenía más por agregar a lo dicho por él mismo.

Por Rubén González, su defensor particular Alfredo Paturzo, imitó lo dicho por Day. También señalaron que no tenían nada que expresar y que adherían a lo alegado por sus abogados, los expolicías Pablo Gutiérrez, Diego Morales y Miguel Tello. Armando Fernández, ya condenado en juicios anteriores, pidió que “se haga justicia y no se profundice un cultura judicial aberrante”, concepto que no se entendió y Armando Guevara indicó que ratificaba el contenido de su indagatoria. “Me limité a cumplir una orden de un juez federal”, agregó.

Este martes los demás imputados tendrán la ocasión de decir sus últimas palabras.

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El Colectivo Juicios Mendoza se conformó en 2010 por iniciativa de los Organismos de Derechos Humanos para la cobertura del primer juicio por delitos de lesa humanidad de la Ciudad de Mendoza. Desde ese momento, se dedicó ininterrumpidamente al seguimiento, registro y difusión de los sucesivos procesos judiciales por crímenes cometidos durante el terrorismo de Estado.