AUDIENCIA 43 / LA ESCUELA COMBATIVA

29-09-14 | El importante grado de compromiso, militancia y solidaridad de alumnos/as y docentes de la Escuela de Periodismo quedó en evidencia en el testimonio del exdirector de ese establecimiento, Daniel Prieto. Siete desaparecidos y un asesinado así lo certifican. Similares fueron los conceptos que dejó el periodista Ricardo Mur. También testimonió Horacio Moretti, hermano de Raquel, desaparecida, exestudiante de esa Escuela. Declaró, como testigo de contexto, la doctora María Angélica Escayola de Guevara y cerró la audiencia el exdetenido Ramón Córdoba, ya en el inicio de otra causa.

Sin respuestas

Horacio Enrique Moretti
Horacio Enrique Moretti

Raquel Moretti, una de las 7 personas desaparecidas que estudiaban en la Escuela Superior de Periodismo, fue vista por última vez por su familia entre agosto y septiembre de 1976. Así lo refirió su hermano mayor, Horacio Enrique, quien aclaró que conocía poco de la militancia de Raquel.
El testigo contó que un día de los meses mencionados, él y su padre llevaron a Raquel hasta la Sexta Sección y la dejaron en una plaza. Para tranquilizarlos, ella les señaló que iba contactarse con Aldo Casadidio, otro estudiante de periodismo desaparecido. Luego, sólo mantuvieron algún contacto telefónico que, para noviembre de 1976, abruptamente se cortó.
Horacio Moretti destacó que, desde entonces, sus padres iniciaron una búsqueda vana ya que nunca la familia recibió una comunicación oficial de ninguna autoridad acerca de si Raquel estaba detenida o había muerto. Tampoco lograron respuesta de la Justicia pese a las presentaciones de Habeas Corpus.

Un modelo de comunicación

Daniel Prieto Castillo
Daniel Prieto Castillo

A través del testimonio de Daniel Prieto pudo conocerse con más detalles la historia de la Escuela Superior de Comunicación Colectiva, desde su apertura en el año 1963, hasta su desaparición en 1976, en las fauces de la Dictadura Militar. Prieto fue el responsable de la Dirección de ese célebre establecimiento a partir del ´73 y, junto con un grupo de docentes y el apoyo de estudiantes, fue impulsor de una renovación completa de los planes de estudio, propulsando asimismo el alcance que podía tener entonces una carrera de periodismo hacia el de una de comunicación social. Al respecto dijo: “Pensamos en un sistema que podía, sin abandonar los medios masivos, acompañar la formación de egresados que pudieran trabajar en comunicación universitaria o bien comunitaria”.
Acaso por esta razón, la Escuela despertó la atención y el interés de tantos estudiantes inquietos, comprometidos políticamente, quienes, sin dudas encontraron, además de un ámbito curricular innovador, un espacio vital para la militancia. Baste recordar que allí Edesio Villegas formó parte del Centro de Estudiantes junto a Billy Lee Hunt, Raquel Moretti, Virginia Suárez, Aldo Casadidio, Amadeo Sánchez Andía (asesinado), Raúl Reta, todos con militancia política en Montoneros y el Partido Revolucionario de los trabajadores, la mayoría desaparecidos/as.
Daniel Prieto evocó un momento que marcó fuertemente a la Escuela. Se trata de un acontecimiento que tuvo lugar en el ´74 cuando los/as estudiantes llevaron adelante una emblemática lucha en solicitud de un mayor presupuesto y la posibilidad de ingresar a la Universidad Nacional de Cuyo. De igual modo recordó otro momento muy significativo para la Escuela cuando en octubre del ´73 llegaron a Mendoza jóvenes que venían huyendo del golpe militar en Chile. “La escuela incorporó a muchos estudiantes, porque si uno no tenía dónde figurar como estudiante lo podían mandar de vuelta. Entonces incorporamos gente que trajo una mirada muy interesante y hubo un intercambio muy rico al interior de la Escuela”.
Asimismo rememoró cuando en noviembre del ´74 se hizo cargo de la Dirección de Escuelas el profesor Dardo Olguín, quien en un principio le advirtió que “la cosa no viene bien” y ya en abril del ´75 le manifestó que “no podía asegurar la seguridad de la Escuela si no renunciaba”. Por este motivo siguió dictando clase como profesor y llegó el periodista Edmundo Tomei como interventor. Además, recordó que en junio asesinaron a Amadeo Sánchez y entonces el clima se volvió absolutamente enrarecido. Finalmente relató la desaparición final de la Escuela de Comunicación, que ya venía herida de muerte por la Dictadura: “La Escuela fue transferida a la Universidad Maza y ahí terminó el programa que habíamos trabajado. La Escuela dejó de funcionar como tal”.

La activa militancia de la Escuela de Periodismo

El momento de la declaración de Ricardo Oscar Mur
El momento de la declaración de Ricardo Oscar Mur

Ricardo Oscar Mur, conocido periodista mendocino, conductor de noticieros en Canal 7, fue estudiante de la Escuela Superior de Periodismo y fue compañero de militancia de muchos de los/as desaparecidos de ese establecimiento educacional. Recordó especialmente a Daniel Moyano y a Virginia Suárez a quienes consideró como sus “hermanos de la vida” y rememoró que a Virginia una vez la acompañó hasta cerca de su casa en el puente Baigorria de Godoy Cruz y charló largamente con ella. “Fue la última vez que la vi”, expresó conmovido.
Mur fue militante del Peronismo de Base y luego del FAS (Frente Antiimperialista por el Socialismo). El testimonio del periodista coincidió con el de Daniel Prieto en el sentido de destacar el alto compromiso de militancia de los estudiantes de periodismo que se reflejó en la activa participación de grupos de distintas extracciones como las que él integró además del PRT y el PC.
Entre los episodios más importantes que recordó, Mur señaló el fuerte golpe que significó para toda la Escuela tomar conocimiento del asesinato del estudiante chileno Amadeo Sánchez Andía. “Era un compañero muy querido”, dijo el testigo, sobre quien tras sufrir un accidente de tránsito en la zona Este, fue internado en el hospital de San Martín. Desde allí lo sacaron con la excusa de un traslado y poco después se supo que había sido fusilado.
Acerca de las persecuciones a los/as estudiantes de la Escuela, el testigo narró que Daniel Moyano les había advertido que lo seguían. No supo de infiltrados en las asambleas pero sí aseguró que se veían algunas personas con actitudes sospechosas a quienes no invitaban a las peñas y guitarreadas. Admitió que todos/as –incluido él- tenían el temor de que eran seguidos.
Contó Mur que una noche estaba haciendo una pegatina de la Juventud Guevarista en Guaymallén con un compañero. En eso llegó la policía y los dos corrieron, en distintas direcciones. Entonces Mur decidió irse a La Consulta, a la casa de sus padres a quienes les pidió lo que consideró como un “asilo político” que lo salvó de la persecución.
Finalmente, ante la inquietud de los abogados del MEDH, Viviana Beigel y Pablo Salinas, sobre las causas por la que tantos estudiantes de comunicación sufrieron la represión ilegal, Ricardo Mur entendió que fue así porque “la Escuela de Periodismo fue uno de los institutos terciarios más combativos y comprometidos”.

Testigo de contexto

María Angélica Escayola de Guevara
María Angélica Escayola de Guevara

María Angélica Escayola de Guevara fue convocada por el MEDH para que dé cuenta del funcionamiento del aparato represivo en Mendoza antes del Golpe y establezca una especie de marco general. La abogada dijo que actuó como profesional en defensa de los detenidos por la represión del Mendozazo y recordó que particularmente los sindicalistas y abogados que tramitaron recursos de Habeas Corpus en el Juzgado Federal fueron detenidos. Para esa época actuaba con los doctores Alfredo Guevara y Ángel Bustelo y que la mayor dificultad era que no había garantías para tramitar recursos en averiguación de las condiciones de detención.
El testimonio de la letrada dio un giro inesperado cuando presentó documentación, que puso a disposición del TOF, relacionada a su función de defensora de detenidos políticos a su regreso del exilio en 1984, en particular con un caso que se contempla en este juicio, el de Luis Rodolfo Moriña, desaparecido. El hermano de Moriña y el doctor Guevara reabrieron la investigación respecto del Habeas Corpus presentado en su oportunidad y advirtieron las contradicciones en las contestaciones. Pidieron al juez subrogante, en ese momento Luis Miret, la investigación de la verdad. Miret respondió que no era competencia de la Justicia Federal sino de la justicia militar. La documentación de este caso ahora está en manos del TOF.

Escuchá la declaración de María Angélica Escayola

 

Otro testimonio sobre las violaciones en el D2

Ramón Alberto Córdoba
Ramón Alberto Córdoba

Ramón Alberto Córdoba no es la primera vez que da su testimonio. Es parte de la causa “fiscal c/Luna”. Fue apresado el 30 de julio de 1976 y llevado al D2. El 12 de octubre de ese año lo trasladaron a la Comisaría Séptima de Godoy Cruz y el 11 de enero de 1977 ingresó a la Penitenciaría Provincial. Estuvo allí hasta octubre y luego inició un periplo que comenzó en Sierra Chica, siguió en La Plata y terminó en Caseros, desde donde recuperó la libertad el 21 de setiembre de 1981.
Córdoba trabajaba en la sucursal Villa Nueva del Banco Mendoza cuando fue aprehendido. Allí era delegado gremial. Militaba en la Juventud Trabajadora Peronista.
Del D2 ratificó los ataques sexuales contra las mujeres, fácilmente perceptibles. También confirmó que todos los que estuvieron en esas celdas fueron torturados, algunos más y otros menos. Supo, además, que hubo niños y niñas cautivos en ese CCD, refiriéndose a los hijos de Alicia Morales y María Luisa Sánchez Sarmiento. A muchos de los policías del D2, Córdoba los conocía por haber sido custodios en otro banco en que él trabajó. Incluso los identificó en un reconocimiento fotográfico en sus primeras declaraciones ante la Justicia.
En los calabozos del D2 Córdoba recordó haber compartido cautiverio con Alicia Morales, David Blanco, Eduardo Morales, el chileno López Muñoz, Rosa Gómez, María Luisa Sánchez, Juan Carlos González y Roque Luna, entre otros.
El siguiente paso de detención fue en la seccional séptima de Godoy Cruz. Allí estuvo junto a Francisco Amaya y Roque Luna. En ese lugar fue testigo de las torturas y vejaciones sufridas por Pablo Seydell, Elbio Belardinelli y Luis Moretti. También vio cómo torturaban en el patio de la comisaría a un niño de 10 años.
De los policías de la séptima nombró los apellidos Córdoba, Montoya, Lorenzo y Garro. De estos dos, a instancias de los abogados Venier –muy respetuoso- y Reig, dijo que no le constaba que hubiesen participado de las torturas e incluso mencionó el trato correcto de Garro.
Acerca de su estancia en la Penitenciaría, Ramón Córdoba, refirió los malos tratos recibidos y entre los penitenciarios reconoció a Linares y a Bianchi, de quien dijo fue “tristemente famoso” por sus participaciones en las golpizas a los detenidos.
Córdoba recibió dos condenas, por “tenencia de explosivos” que nunca le encontraron. El Consejo de Guerra (“fue una parodia”) le dio 4 años y medio y la Justicia Federal otro tanto. Le promediaron ambas condenas y lo dejaron con 5 años y 2 meses más un año de libertad vigilada. En la Justicia Federal le designaron como defensor oficial a Guillermo Petra Recabarren, a quien nunca vio. Mientras tanto, las gestiones realizadas por su familia ante la Justicia, el Gobierno y fuerzas armadas nunca tuvieron respuesta. Incluso hasta recurrieron al Episcopado donde a quien fue su esposa le recomendaron que “rezara”.
Por último, ante una pregunta del juez Juan Antonio González Macías, Ramón Córdoba respondió que María Luisa Sánchez vio y escuchó en el D2 a su esposo, el abogado José Vargas, desaparecido, quien incluso le daba ánimo a ella.

Este martes está previsto que comparezcan Juan Carlos González, Héctor García y Alicia Morales.

Ver fotos AUDIENCIAS 42 y 43

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