26-07-17 | Después de 3 años y 5 meses se conocieron las penas que aplicó el Tribunal Oral Federal N°1 a los acusados en esta Megacausa. Se hizo lugar a los doce pedidos de prisión perpetua formulados por la Fiscalía. De este modo, los cuatro exjueces fueron condenados a prisión perpetua. Asimismo, el TOF impuso la misma pena máxima para Alcides Paris Francisca, Luis Alberto Rodríguez, Osvaldo Armando Fernández, Pablo Gutiérrez, Miguel Ángel Tello, Paulino Enrique Furió, Carlos Horacio Tragant y José Antonio Fuertes. Las condenas menores fueron para los penitenciarios y policías que revistaban en las comisarías departamentales, de los cuales, tres fueron absueltos.
El IV juicio por delitos de lesa humanidad, celebrado en la provincia de Mendoza, llegó a su fin.
El Tribunal Oral Federal N° 1, que dio lectura al veredicto, estuvo presidido por Alejando Waldo Piña, acompañado por los jueces Raúl Fourcade y Juan A. González Macías, quienes dictaron sentencia para veintiocho acusados.
El Tribunal resolvió, por mayoría, dar lugar a la ampliación de la acusación y rechazar los planteos de prescripción, inconstitucionalidad y nulidad planteados por la defensa. Además, consideró a los hechos juzgados en este proceso como crímenes de lesa humanidad cometidos en el contexto del delito internacional del genocidio.
La particularidad de este debate fue el procesamiento de los exmagistrados que se desempeñaron como fiscales y jueces en las causas de 1975, por la vigencia de la ley 20840, y durante la Dictadura. Fueron acusados por no investigar los secuestros de decenas de personas, a sabiendas de que las fuerzas armadas y de seguridad actuaban en la ilegalidad, cometiendo crímenes. Entre las víctimas se encontraban personas desaparecidas cuyos familiares recurrieron a los entonces funcionarios de la Justicia Federal en la esperanza de que cumplieran con su deber de preservar la vida y la integridad de los suyos.
El Fiscal General, Dante Marcelo Vega, había solicitado para los exmagistrados Otilio Romano, Luis Miret, Guillermo Petra y Rolando Carrizo la pena de prisión perpetua y así fueron condenados.
Policía de Mendoza: muy comprometida
Los jefes de Policía de Mendoza, durante la Dictadura, Alcides Paris Francisca y Mario Laporta eran oficiales de alto rango de la Fuerza Aérea. El primero ya fue condenado a prisión perpetua en anteriores juicios; la Fiscalía solicitó igual pena para la presente Megacausa y se concedió. En cuanto a Laporta, pidió 18 años y le aplicaron 15.
Asimismo, tuvo centralidad lo acontecido en el D2 (Departamento de Información 2), donde funcionó el más importante Centro Clandestino de Detención (CCD) a nivel local. Por allí pasaron centenares de personas privadas ilegalmente de la libertad y sometidas a torturas. Algunas murieron en sus calabozos y otras pasaron con destino desconocido.
Más de 70 testigos-víctimas que sobrevivieron al horror, reconstruyeron lo acaecido durante su cautiverio e identificaron a algunos de los imputados, además, señalaron la responsabilidad que les cupo en ese CCD. Por su actuación en el D2, la Fiscalía solicitó prisión perpetua para el oficial de Inteligencia Armando Fernández y excomisario Luis Rodríguez, igual monto para los suboficiales Pablo Gutiérrez y Miguel Ángel Tello. Los cuatro fueron condenados a prisión perpetua. Como parte del personal implicado en lo sucedido en el D2, Fiscalía solicitó 15 años para Ricardo Miranda y recibió una pena de 10 años de prisión; 16 y 18 para Diego Morales y Marcelo Moroy respectivamente, quienes recibieron 15 y 18. En cuanto a los acusados de violación, Julio Lapaz y Rubén Darío González, el Ministerio Publico Fiscal requirió 20 años de prisión y recibieron esa pena.
La Seccional 7ma. de Godoy Cruz estuvo bajo la mira debido a las torturas recibidas por tres detenidos; por ello, la Fiscalía acusó a Antonio Garro y José Lorenzo quienes cumplían guardias al momento de los hechos. Para ambos solicitó 10 años y fueron condenados a 3 años.
Asimismo, Héctor Camargo, Miguel y Juan Carlos Ponce, de la Comisaría 16° de Las Heras se encuentran acusados por su intervención en la desaparición de Juan Montesino, quien fuera baleado en la vereda de su vivienda. La Seccional 16° está involucrada en el operativo ya que recogieron el cuerpo del herido cuyo destino final se desconoce. La parte acusadora propuso una pena de 7 años para Miguel Ángel Ponce; 6 años y 6 meses para Héctor Camargo y 3 años para Juan Carlos Ponce. Los 3 imputados fueron absueltos.
Finalmente, el exjefe de la Seccional 13° de Rivadavia, Armando Guevara, aparece implicado en las detenciones ilegales de miembros de su comunidad por lo que se solicitó 10 años y fue condenado a 5 años.
El rol del Ejército y la Penitenciaría
El IV juicio también abordó la intervención directa del Ejército en la represión ilegal por la que se procesó al Jefe de Inteligencia, Paulino Enrique Furió, ya condenado a prisión perpetua y hoy reafirmada.
Por otro lado, se revisó lo sucedido en las dependencias ubicadas sobre la avenida Boulogne Sur Mer, adaptadas como Lugar de Reunión de Detenidos (LRD). Ramón Puebla y Dardo Migno están acusados por su actuación en la Compañía VIII de Comunicaciones; al primero, por su rol de jefe, le fue solicitado 22 años y a Migno 20. Ambos recibieron la condena de 20 años.
El tercer ámbito en cuestión fue el Liceo Militar “Gral. Espejo”, último destino del desaparecido Santiago Illa y LRD en fecha próxima al 24 de marzo del ‘76. Por esta causa está acusado su entonces director, Carlos Tragant, y el suboficial José Fuertes. Sobre ellos recayó el pedido y la pena de prisión perpetua.
Finalmente, el penal provincial no fue ajeno al plan sistemático aplicado por la Junta Militar. En esta Megacausa se analizaron los maltratos y torturas aplicados a los detenidos, en los que están involucrados los penitenciarios Oscar Bianchi y Pedro Linares para quienes la Fiscalía solicitó 15 años y el Tribunal los condenó a 6.
Al fijar fecha de iniciación de esta Megacausa, los acusados eran 41; a lo largo de 3 años y 5 meses, quedaron 28 procesados que hoy recibieron su veredicto, entre los que se encuentran los 4 exjueces. De los 41 iniciales fallecieron 6 y el resto fueron apartados por distintas razones.
Últimas palabras
Previamente, en horas de la mañana, se reanudó la audiencia para dar lectura de las últimas palabras de los imputados que no asisten al debate. Paulino Enrique Furió, desde su domicilio en Buenos Aires, dejó constancia ante el magistrado Héctor Cortés que no cree en el carril que actualmente se ha tomado. Afirmó que la misión de ese entonces implicó la violación al derecho y a los usos y costumbres pero que no se arrepiente porque “eran ellos o nosotros”, según sus palabras. Además, aclaró que volvería a hacer lo que hizo y que no tiene que rendir cuentas más que a su comandante.
Ramón Ángel Puebla quiso aclarar que no tenía acceso al Lugar de Reunión de Detenidos de la Compañía (LRD) de comunicaciones. Aunque era jefe en ese lugar, afirmó no ser coautor de los delitos y desconocer totalmente lo que sucedió allí. Agregó que los que estaban a cargo del LRD eran Largacha, Cutro, Migno y Peralta.
Luis Alberto Rodríguez Vázquez y Ricardo Benjamín Miranda no quisieron agregar nada a lo dicho por su defensa. José Antonio Fuertes afirmó que él era suboficial y no jefe y, por lo tanto, no tenía responsabilidad. Remarcó que no fue él quien trasladó a Santiago Illa antes de su desaparición.
Desde Rosario, Dardo Migno y Alcides Paris Francisca solamente pidieron no ser trasladados para la lectura del veredicto. En la sala de audiencias del TOF N°1, Pedro Modesto Linares decidió no agregar nada a lo dicho por su defensor.
El calor del conjunto
En las afueras de Tribunales Federales una gran concentración siguió atenta la lectura de la Sentencia transmitida a través de una pantalla gigante.
Para compartir ese momento, los Organismos de DDHH de Mendoza prepararon un acto que tuvo palabras y música de la mano de Gustavo Maturano y Jorge Cuello.
Las víctimas directas del terrorismo de estado acercaron las pancartas de las y los desparecidos. Los rostros interpelan y llaman a congregarse. En ese clima, el sentimiento colectivo fue de festejo y algarabía. La multitud concentrada expresó una total satisfacción por la condena a prisión perpetua a los exmagistrados Romano, Miret, Petra y Carrizo.
La voz de los Organismos
A lo largo de los más de 3 años que demandó el debate, exdetenidas/os, familiares de personas desaparecidas y público, siguieron las instancias de este debate desde la Sala de audiencias.
Las víctimas directas en las causas que se trataron, debieron escuchar la descalificación de sus testimonios, a veces con teorías psicologistas, que pretendían poner en duda sus dichos. Tuvieron que compartir los espacios con quienes fueron sus propios victimarios, sin embargo se contuvieron para que este juicio se desarrollara con normalidad.
Como cierre del Acto que se desarrolló en las afueras de Tribunales, en representación de los y las miembros de Organismos de Derechos Humanos, Silvia Faget puso en palabras los sentimientos y reflexiones que los atravesaron. Entre otras cosas, dijo:
“La actitud de los acusados y sus abogados fue, varias veces, lamentable… Nos agraviaron, negando el genocidio y argumentando: -Esto fue una guerra- , a pesar de que a los nuestros se los llevaron de nuestras casas, de sus lugares de trabajo, de las calles. En la noche, arrebatados por patotas dedicadas a robarnos todo lo que encontraron en el camino- Todo lo material y el bien más preciado: la vida de nuestro ser querido. No fue en un campo de batalla sino ante nuestros propios ojos, en medio del llanto y la desesperación de la familia”.
“Nos abofetearon diciendo que fraguábamos los testimonios para conseguir beneficios económicos, que declarábamos por plata. Que éramos parte del “curro de los DDHH”. Eso es un insulto porque cabe recordar que empezamos pidiendo por la vida de las y los nuestros, “con vida los llevaron… con vida los queremos… y por juicio y castigo”. […] “Los acusados y su séquito nos trataron de mentirosos…, que era imposible que recordáramos nombres y rostros después de más de 30 años. Que sepan esos señores que hay recuerdos imborrables, fue tal el impacto recibido que quedó marcado a fuego en muestra memoria”.
Asimismo, en una parte destacada de su alocución se refirió al pacto de silencio que mantienen los acusados:
“Lo único cierto es que quienes se sentaron en el banquillo de los acusados saben o tienen indicios de cuál fue el destino de los y las desaparecidas; sin embargo, han seguido dejándolos en la oscuridad, fieles al plan de exterminio.
Saben y callan…sin un rasgo de dignidad que los reivindique. Así, perpetúan sus delitos…”
Concluyó su intervención con una exhortación a la lucha y minutos después comenzó el festejo pleno.