02-03-2022 | Se repitió el testimonio del expolicía Roberto Parra, quien estaba a cargo de llevar el libro de guardia en la llamada «Departamental», centro clandestino de detención que funcionó en los Tribunales de San Rafael. La próxima audiencia será el 16 de marzo a las 9:30.
Otro testigo de Civit
El tribunal puso a disposición el testimonio en audio de Roberto Parra, un expolicía alvearense, a pedido de Ariel Civit. Parra ya declaró en el juicio de lesa humanidad llevado adelante en San Rafael en 2010.
El expolicía jugó un rol clave la noche del 24 y 25 de marzo de 1976 registrando datos, entradas y salidas de detenidos en el libro de novedades de la Departamental. En ese marco reconoció, entre otros, a Roberto Osorio y a Francisco Tripiana. También al exgobernador Alberto Martínez Baca y a su esposa, Ofelia Estefanía Cejas, liberada la misma noche en que se fraguó la libertad de Osorio, quien permanece desaparecido. «La señora de Martíez Baca salió y se volvió muy asustada porque estaba oscuro, me dijo si le podía llamar a un taxi porque no quería irse sola caminando», refirió.
Cuando se otorgaban las libertades de los detenidos del régimen militar, recordó, generalmente estaban presentes el comisario Ruiz Soppe, el comisario Sola y el mayor Suárez. En otro tramo negó conocer al teniente Aníbal Guevara, imputado en este juicio.
Parra describió el funcionamiento de la Departamental a través de un croquis proporcionado por el tribunal. Explicó que la parte externa del edificio estaba rodeada por militares y nunca supo qué ocurría con las personas que se iban en libertad. Confirmó la existencia de grupos de tareas militares y policiales que detenían a personas por razones de ideología política y detalló que de noche, durante las guardias, los militares iban y venían con detenidos.
Dijo también que durante todas las guardias de esa época escuchó gritos de gente siendo golpeada e incluso vio sangre en la puerta, casi llegando al patio de ingreso. Ese día un militar le dijo “no te preocupes, eso es un perro”, y los soldados lo limpiaron. Respecto a Osorio, los comentarios decían que los militares lo habían subido a un camión, que se escucharon sus gritos y nunca más supieron de él. Reconoció el contenido de las fojas 247/248 del Libro de Novedades de la Casa Departamental que le exhibió el juez y su firma inserta en esas páginas.
Por último, explicó que policías y militares participaban de la guardia en conjunto, lo mismo que durante los operativos de detención de presos políticos. En ese marco, recordó haber intervenido en el operativo de detención de Roberto Rolando Flores. «Me pidieron que me subiera a un techo, me dieron una ametralladora y me dijeron que me quedara ahí ‘por las dudas’. Después supe quién era el hombre que habían detenido, que vendía tilo en la Terminal y que estaba discapacitado. Me dijeron que lo habían detenido por tener un cuadro de Perón y otro de Evita en su casa».
Tras más de dos horas de testimonio, el tribunal culminó la audiencia. La próxima será el 16 de marzo a las 9.30