15-06-22 | Concluyó su declaración el expolicía Oscar Raúl Pérez Fernández. Volvió a negar su responsabilidad en los homicidios de Tripiana, Osorio y Fagetti, así como su rol en la detención de otros presos políticos, entre ellos Hugo Dardo Montenegro. Acusó al fiscal de falsear la información y de tramar una acusación tendenciosa en su contra. La próxima audiencia será el 29 de junio a las 9:30.
Preconceptos y errores en los libros
En la audiencia de este miércoles completó su declaración el expolicía Oscar Raúl Pérez Fernández. En primer lugar aseguró que no estuvo involucrado en la detención de Héctor Dauverné, quien fue apresado en su domicilio el 4 de abril del 76. «La detención fue a la vista de todo el mundo. Fueron identificados los que actuaron. El interés del área estaba focalizado en Susana Sanz De Llorente, pariente de los Dauverné. Esther Dauverné contó que fue detenida por Fierro y Labarta del D2. Toda la familia ha sido participativa en los juicios, nadie me relacionó con la detención de Dauverné», comenzó.
Según Pérez Fernández, las imputaciones tienen origen en el preconcepto del Ministerio Público sobre él: “Me califica como hombre de inteligencia. Fierro y Labarta no estaban a mi cargo. Si cumplieron orden del mayor Suárez fue como baqueanos urbanos. El mayor Suárez fue experto en inteligencia por decisión personal y capacitación estatal».
Sostuvo que la actividad represiva desplegada en el sur de Mendoza se extendió hasta septiembre del 76 y que antes de finalizar ese año él regresó a Campo Los Andes. «Fui acusado por un hecho de la primavera del 77 en prejuicio de de Delfo Rodríguez, De la Barba y otra causa en la que fui sobreseído. Cuando el TOF 2 examinó las causas no me imputó ninguna condena en ese sentido». Agregó que Roberto Rosales y Roberto Flores «han declarado en todos los juicios y sus amplias exposiciones representan vivencias de sus compañeros”. “Jamás me nombraron ni relacionaron con ninguno de los imputados de los delitos investigados. La tramitación de esta causa no puede calificarse como compleja. los testigos han repetido hasta el cansancio quienes, como y cuando los detuvieron», argumentó.
También buscó desligarse de la segunda detención de Hugo Magallanes que se le adjudica, ocurrida el 10 de abril del 76. Relató entonces detalles de las detenciones de este hombre y de Hugo Riera, ambos trabajadores de la Comisión Nacional de Energía Atómica en Malargüe. Sostuvo que la detención fue realizada por Gendarmería y que Magallanes quedó en libertad veinte días después por disposición del jefe del área militar: «No calificaba como un hombre peligroso y recuperó la libertad, ese es el hecho que me atribuyen».
Sobre Hugo Dardo Montenegro
Pérez Fernández negó también participación en la detención de Dardo Montenegro, un artesano y pintor alvearense. En este caso, el error habría del oficial de guardia, Héctor Egidio Molina, quien le atribuyó participación. El imputado indicó que solo se encargó de llevar el papeleo correspondiente a la detención desde la comisaría hasta Infantería. Como había detalles burocráticos errados en la detención de Montenegro, explicó, la víctima estuvo un tiempo sin destino fijo.
«El comisario de la Unidad Regional 2 optó por hacerse cargo de Montenegro y dispuso que quedara en División Cuerpo con custodia de dos hombres del D2. Mi intervención se reduce a la entrega de las actuaciones en División Cuerpo. El jefe del servicio nocturno, Romero Tello, es quien me da las actuaciones porque yo vivía cerca de Infantería, él traía las actuaciones de General Alvear», se explayó.
Pérez Fernández subrayó que “hubo desidia por parte de los jerarquizados”: “Es muy grave que a Molina le asignaran guardia, era un simple agente, no estaba capacitado para las tareas de guardia. El registro en el libro de novedades no refleja los hechos como ocurrieron». En el tramo final de su declaración, enfatizó que nadie explicó “de manera concreta o convincente” cómo habría contribuido él a la desaparición de Montenegro.
Contra el Ministerio Público
Pérez Fernández volvió a cargar contra el Ministerio Público al cerrar su declaración: «Una investigación forzada y a destiempo, pruebas que se esfumaron en 46 años fueron reemplazadas por un relato novelado. Aquí el imputado es el sujeto más frágil del proceso penal. Da la sensación de que la causa Montenegro fue dotada de una espoleta de retardo para afrontar un nuevo juicio a los cinco años de la sentencia del juicio anterior».
Después citó al neurólogo Facundo Manes para apoyar su argumentación sobre la equivocación del oficial de guardia Molina: «Debe tenerse en cuenta el contexto histórico. Para sortear los 46 años transcurridos hay que apegarse a la ciencia. Facundo Manes en su libro Usar el cerebro (…) habla de la inteligencia colectiva, de error y atajo».
Respecto a la tarea de inteligencia del sur provincial, negó que existiera “actividad subversiva” en San Rafael, Alvear y Malargüe: «La Policía no tenía especialidades en inteligencia, no se debe confundir un servicio de informaciones con un servicio de inteligencia”. «El señor fiscal se cuelga una cucarda en el pecho por haber logrado 19 detenciones a prisión perpetua de personas que él pensó que eran de inteligencia. En el yermo territorio en materia subversiva del sur de Mendoza el señor Dante Vega le sacó agua a las piedras», cerró.
La próxima audiencia se espera la declaración de Aníbal Guevara de manera presencial. Será el miércoles 29 de junio a las 9:30.