Teresa Meschiatti

AUDIENCIA 10 / “PICHONA” MOYANO Y CARLOS POBLETE EN EL CENTRO CLANDESTINO LA PERLA

30-07-2021 | Declaró Teresa Meschiatti, sobreviviente de La Perla que brindó testimonio en diversos juicios sobre las personas que conoció a lo largo de su extenso secuestro en este centro clandestino de detención cordobés. Entre ellas, a Carlos Poblete y María del Carmen Moyano. Recordó que “Pichona” y su pareja llegaron a mediados de abril y que la mujer tenía un embarazo avanzado.  La próxima audiencia será el viernes 13 de agosto a las 9:30.

La audiencia de la jornada contempló la detallada declaración de Teresa Meschiatti y un prolongado debate sobre la incorporación de prueba solicitada por el Ministerio Público Fiscal y la querella de Abuelas de Plaza de Mayo.

Un testimonio clave para reconstruir los últimos momentos de “Pichona” y Carlos

“Es la décima vez que voy a un juicio”, comenzó Meschiatti, militante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y Montoneros detenida más de dos años en el centro clandestino de detención (CCD) La Perla, entre 1976 y 1978. En nuestra provincia ya había aportado información sobre Osvaldo Zuin, mendocino secuestrado en Córdoba y actualmente desaparecido.

Entre 2008 y 2013, en el marco de juicios desarrollados en su provincia, Teresa participó de la confección de una lista con personas desaparecidas o asesinadas que pasaron por La Perla o cuyos casos tenían relación con el Destacamento de Inteligencia. Las fuentes de las fechas eran a menudo las familias. En esas listas, la desaparición del matrimonio Moyano-Poblete figura a principios de abril de 1977. No obstante, tomando como referencia el traslado de otra embarazada —Dalila Bessio— al Hospital Militar el 12 de ese mes, la pareja, según sus recuerdos, habría ingresado a La Perla a mediados de abril.

Teresa Meschiatti

La testigo refirió que vio a Carlos y “Pichona” una sola noche. Estuvieron poco tiempo en La Perla. Les habían puesto dos biombos blancos que las autoridades del CCD usaban para evitar que otras personas detenidas conocieran a las víctimas que estaban muriendo o que luego serían trasladadas. No recuerda la cara de Carlos porque estaba acostado. A Pichona la observó cuando se levantó al baño: era alta, tenía una panza crecida y pelo castaño oscuro, largo y lacio. El nombre lo supo por Servanda Santos de Buitrago, “Tita”, una enfermera mayor también detenida que ayudaba a las personas heridas y embarazadas y repartía la comida. La mujer le contó a Meschiatti que el matrimonio había sido detenido en Mendoza. “Tita nos comentaba todo lo que pasaba adentro de La Perla”, aclaró.

Meschiatti aseguró que Pichona y Carlos permanecieron algunos días en algún CCD de Mendoza porque un suboficial mendocino a quien conocían como “Vergara” o “el tío” —llamado realmente Vega—, de unos cincuenta años, viajaba a Mendoza en sus vacaciones y pasaba por un CCD del Ejército. A su regreso, comentaba sobre las personas que veía.

“En La Perla, a los compañeros en general los mataban”, continuó, refiriéndose a Carlos. Y a las mujeres embarazadas —las “panzonas”— las trasladaban al Hospital Militar porque no tenían las instalaciones para realizar partos. La testigo supone que los rumores entre el personal sanitario por las extrañas condiciones de internación de esas mujeres —vendadas, esposadas y en salas especiales— hacían riesgoso el movimiento: “la información salía”. Meschiatti también mencionó que cerca del parto de Rita Alés de Espíndola les ordenaron limpiar con lavandina las paredes de una oficina del CCD para servir de sala de parto, pero finalmente el capitán González desistió. Ninguna de las “panzonas” que conoció Teresa regresó del hospital.

A María del Carmen la condujeron a la ESMA, como acreditó el testimonio de Sara Solarz de Osatinsky, compañera de militancia de Meschiatti y luego exiliada que trabajó, al igual que ella, para denunciar desde el exterior los delitos que había sufrido y conocido. Sara acompañó a Pichona durante el nacimiento de su hija: fue uno de los primeros partos que asistió como detenida en la ESMA. Solarz también refirió que Pichona llegó sola porque a esa altura Carlos ya estaba desaparecido. Meschiatti explicó que a la mujer, una vez que daba a luz, se la mataba: en Córdoba se la fusilaba y en Buenos Aires se la arrojaba al mar.

Daniel Rodríguez Infante

Cuando finalizó su testimonio, el fiscal Daniel Rodríguez Infante solicitó precisiones sobre la primera vez que Teresa denunció el caso de Pichona: la testigo explicó que desde Suiza, donde permanecía en calidad de refugiada, envió un texto mecanografiado a la CONADEP. También a pedido del fiscal mencionó la existencia de unas carpetas en La Perla con las inscripciones “QTH”, que en la jerga militar significaban “casa, centro, sede”, y “QTH FIJO”, que significaba “muerto/a”. Cuando investigaban a militantes del Partido Revolucionario de los Trabajadores en el 78, llevaron sesenta o setenta carpetas con esas carátulas que ella pudo ver.

La abogada querellante de Abuelas de Plaza de Mayo, Viviana Beigel, preguntó qué otra información tuvo Meschiatti sobre la pareja. La mujer indicó que en las listas conjuntas que elaboraron sobrevivientes de Córdoba estaba consignada su militancia en Montoneros.

Viviana Beigel
Viviana Beigel

Lo hago por los treinta mil

Teresa le mandó “un enorme abrazo virtual a la hija de la Pichona”, a quien no conoce. “Yo siempre creí que estaba desaparecida”. Expresó que la recuperación de la identidad la emociona: “Por esto hago esto, por eso no me callo. Lo hago por los treinta mil”.  

Meschiatti

Las pruebas que faltan

La fiscalía pidió la incorporación de las declaraciones de Sara Solarz de Osatinsky, quien —según palabras de Meschiatti— declaró por primera vez ante el Senado francés en 1979. También solicitaron la declaración de “Tita” Buitrago, que testimonió en la Megacausa de La Perla en 2013. Ana María Martí está ofrecida como testigo pero no han logrado contactarla.

Del expediente de Francisco Moyano —padre de “Pichona”— se desprenden dos pruebas que el fiscal solicitó incorporar. Por un lado, el expediente por infracción a la ley 20 840 “Fiscal contra Pardini”. Por otro lado, las declaraciones en juicio de Ricardo Puga, Aldo Morán y Eva Lerouc sobre el caso de Liliana Riveros, quien estuvo detenida junto con Marta Saroff en el mismo centro clandestino de detención, y conocieron al matrimonio Poblete-Moyano. La fiscalía se comprometió a compartir las declaraciones individualizadas con las defensas para que se expidan al respecto.

Ya se había renunciado a los testimonios de Oscar Perdomo y Guillermo Martínez Agüero y a esta lista se sumó el de Marta Caralina Nadín. Queda pendiente la confirmación por parte del Equipo de Acompañamiento del contacto con Liliana Giuliani.

La querella, por su parte, desistió de los testimonios de Sofía Sandes y Blanca Haydeé Bustos de Fernández, al entender que ya hay “suficiente evidencia para suplir esos testimonios”, precisó la abogada Viviana Beigel. Pero sí sostuvo el pedido de declaración de la licenciada Alicia Lo Giudice porque “daría lugar a un testimonio experto” referido a las apropiaciones de niñas y niños durante la última dictadura y la dinámica de la restitución de identidad.

El abogado de Iris Luffi, Mariano Tello, nuevamente rechazó ese pedido por considerar que “no es pertinente” para dilucidar “la conducta de mi defendida en un hecho puntual, en donde no ha tenido ninguna participación esta profesional”. El defensor oficial, Santiago Bahamondes, hizo su aporte: “No vemos mucho la conexión” del objeto del juicio con la restitución de la identidad. Sin embargo, no se objetó el pedido ya que, aseguró, “a mi estrategia de defensa no le afecta en lo más mínimo”.

El fiscal Rodríguez Infante remarcó que el aporte de Lo Giudice es necesario para el objeto del juicio: “Nos puede dar una dimensión del daño causado y del impacto en las víctimas. Y eso sí es relevante”. El tribunal aceptó esta solicitud y citará a la licenciada a declarar en las próximas audiencias.

También se debatió la incorporación como prueba del libro Juraría que te vi, que mencionó Beatriz García en su declaración. “Es prueba contextual que no causa dilación en el juicio”, sostuvo el fiscal; Beigel acordó con esa postura. El abogado Bahamondes se opuso: “Me gustaría que la fiscalía y la querella me expliquen la pertinencia de incorporar el libro a la causa. Es muy lindo incorporar un montón de cosas, pero estamos en un debate oral y hay que oralizar las cosas —ironizó el defensor—. Me obligan a leer un libro si lo incorporan. Explíquenme por qué yo voy a tener que leer un libro, mínimo”.

Rodríguez Infante le respondió: cuando declaró Beatriz García, explicó que integraba el colectivo “Pichona Moyano” y puso a disposición el escrito que elaboraron en conjunto que habla específicamente del caso de María del Carmen Moyano. Tello consideró que la incorporación es “sobreabundante” y también se opuso. El tribunal decidió adoptar la posición de las defensas y rechazó la incorporación del libro.

Hacia el final, Miriam, víctima de este juicio, intervino para solicitar declarar nuevamente “no en forma de testigo sino como víctima”, precisó. También hizo saber que su hijo, Maximiliano Galas, quiere prestar testimonio. Las partes acordaron y el tribunal les confirmará la fecha en que tendrán lugar.

La próxima audiencia será el viernes 13 de agosto a las 9:30.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

El Colectivo Juicios Mendoza se conformó en 2010 por iniciativa de los Organismos de Derechos Humanos para la cobertura del primer juicio por delitos de lesa humanidad de la Ciudad de Mendoza. Desde ese momento, se dedicó ininterrumpidamente al seguimiento, registro y difusión de los sucesivos procesos judiciales por crímenes cometidos durante el terrorismo de Estado.