AUDIENCIA 5 / DOS FAMILIAS UNIDAS POR UNA BÚSQUEDA

7-5-2021 | Declararon integrantes de las familias Moyano y Poblete. Adriana Moyano, hermana mayor de María del Carmen, relató la persecución que sufrió su familia por la militancia de “Pichona” y la búsqueda incansable de su padre Francisco. Elsa Poblete ofreció una semblanza de su hermano Carlos. Ambas aportaron la información que pudieron recabar sobre el nacimiento de Miriam y los últimos días de Pichona y Carlos a partir de testimonios de otras personas detenidas en los centros clandestinos de detención de La Perla y la ESMA. La próxima audiencia será el viernes 21 de mayo a las 9:30.

Adriana y Elsa narraron los episodios desde la perspectiva de dos familias vinculadas entre sí por la búsqueda. Recordaron a la pareja desaparecida y refirieron el camino hasta el encuentro con su sobrina.

El parto

Adriana Moyano declaró desde Mar del Plata. Comenzó narrando el nacimiento de Miriam en la ESMA. Pichona dio a luz junto a otra parturienta, Ana Rubel de Castro. Esto lo supieron por una carta que Sara Osatinsky mandó desde Suiza aún en dictadura. La mujer, también detenida, había presenciado los partos.

“Han pasado más de cuarenta años y me sigue doliendo”. Adriana relató que al pequeño, “Rubén” [Jorge Castro Rubel], lo enviaron a la Casa Cuna. “A Miriam la mandan a Mendoza. En teoría la iban a mandar a mi casa. Tenía un tío que trabajaba en Presidencia, por conocidos había hecho diligencias para que la niña llegara a mi familia”. Concretamente, a su padre Francisco. La madre de las hermanas Moyano había fallecido.

En Comodoro Py, luego de declarar en la megacausa por los delitos cometidos en la ESMA, una mujer se acercó a Adriana y le contó que la niña, Miriam, había nacido el 10 de junio, aunque fue anotada mucho después. También se enteró de que Pichona fue atendida por el partero de la maternidad de la ESMA, de apellido Magnacco. Primero se llevaron al bebe y la beba. A los pocos días las madres fueron retiradas por Pedro “Bolita”. Años después supieron que este sujeto “tenía un quiosco en Buenos Aires”, agregó la testigo. El dato que se repitió en el mencionado juicio era que a las personas detenidas en la ESMA las subían a un avión y las arrojaban al Río de la Plata.

Adriana Moyano

Al hijo de Ana Castro —que recuperó su identidad en 2014— lo conoció en Mendoza, en la presentación de un libro donde se hablaba de María del Carmen, realizado por el grupo que lleva su nombre. Eso fue poco tiempo antes del hallazgo de Miriam. Adriana relató que en esa ocasión le “saltaron las lágrimas” porque Jorge, nieto 116, nació con bajo peso pero estaba vivo. Entonces su sobrina, que “había nacido sana”, seguramente también.

“Mi hermana era un ser de luz”

El fiscal Daniel Rodríguez Infante le pidió a Adriana que hablara de María del Carmen. La mujer afirmó que su hermana “era un ser de luz”. Le decían “Pichona” porque era la menor de la familia. “Desde chicas nos enseñaron a ser solidarias con los otros, en la Iglesia estábamos en la Acción Católica, después en la Cruz Roja. Mi hermana y su grupo de amigos hicieron una acción solidaria en el barrio San Martín”.

María del Carmen estudiaba Bioquímica en la Universidad Maza, donde habían armado un grupo estudiantil. Luego se incorporó a la Juventud Peronista. La familia vivía en la calle Paraná. En la década del setenta, al volver del cine con una amiga, un día Pichona se encontró con la casa allanada pero logró escapar. Entonces estuvo itinerante en distintas casas de familiares hasta que se trasladó a San Juan con ayuda de un tío que residía en esa provincia.

Adriana relató que durante el allanamiento detuvieron a su padre, Francisco Moyano. Primero lo retuvieron en el Hospital del Carmen y luego pasó a la cárcel. “Para mi papá fue terrible esa situación”. Lo habían apresado “como rehén” para que se entregara Pichona, pero la familia se resistió: “Mi papá sabía las barbaridades que hacían en el Palacio Policial. Sabía que si caía una chica la apaleaban y violaban. Vio cómo le dieron terrible paliza a un muchacho que había sido director de Transporte, donde trabajaba mi hermana, por eso lo reconoció”, recordó.

Las capturas

En San Juan Pichona conoció a Carlos Poblete. “Se enamoraron y se unieron. Uno de mis tíos era sacerdote y les bendijo la unión. No se podían casar por los documentos”, explicó la testigo. Cuando María del Carmen se quedó embarazada, intentaron salir del país. Adriana refirió que la pareja estuvo en Buenos Aires en la casa de su abuela arreglando detalles. Querían tener a la bebé en otro lugar.

La última vez que estuvo con su hermana fue a principios de 1977. La pareja viajó a Mendoza en un “furgoncito” del correo, debajo de bolsas con cartas. El padre de Pichona había sido jefe de distrito del correo y logró que pasaran de esta forma los controles. En nuestra provincia se vieron con familiares y amistades. Adriana recuerda que dejaron regalos de Reyes Magos para sus hijos pequeños. Pichona llegó incluso a hacerse un control de embarazo con la médica Olga [Helga] Markstein de Tanenbaum. Numerosos testimonios de personas conocidas aseguran que para esa fecha vieron a María del Carmen embarazada.

Adriana explicó que la pareja fue detenida a la altura de Córdoba cuando se trasladaba a Capital Federal para salir del país. Inicialmente estuvieron en el Centro Clandestino de Detención La Perla. Esto lo supieron por el testimonio de Teresa Meschiatti, quien se comunicó con Francisco Moyano una vez recuperada la democracia. La testigo agregó: “Mi hermana estaba de casi ocho meses. Dicen que la van a trasladar a Mendoza, pero se la llevan a la ESMA. Carlos desaparece de La Perla. Lo mataron ahí, lo hicieron desaparecer”.

En la ESMA, “Miriam nació entre el ruido de cadenas”. Adriana declaró que Pichona dio a luz  encadenada: “Pasaron años y no pude leer ese testimonio sin llorar”. Por esta circunstancia, aseguró, puede entender el carácter “tozudo” de su sobrina. Respecto de los responsables de tanto sufrimiento, sostuvo: “No puedo llamarles humanos. Torturar, matar, violar. Los animales matan para sobrevivir. Ellos matan por odio. Son ‘seres’, no son humanos”.

La búsqueda

Francisco Moyano buscó intensamente. “Ayer recordaba el sufrimiento de mi padre. Iba mes a mes a presentar habeas corpus. Se recorrió todas las casas cuna del país buscando a Miriam”. También hizo gestiones con “alguna parte de la Iglesia”: Adriana explicó que ciertos sectores eran “muy cómplices de la dictadura”. “Se fue apagando su vida con la tristeza de no encontrarla”, sostuvo.

Ella, por su parte, se presentó “ingenuamente” en el Comando y en la Policía: “Se me reían en la cara”, aseguró.

La reconstrucción de un vínculo

Adriana refirió que el proceso de acercamiento con su sobrina fue paciente y no estuvo exento de dificultades. Inicialmente se contactaron por redes. Ocho meses más tarde se conocieron en Mendoza: “La esperamos con mucha alegría, toda la familia, a tomar el té en mi casa”, recordó. Después la invitó a pasar unos días con ella en Mar del Plata: “Vino con su niño, la pasamos muy bien”.

La mujer aseguró que “las relaciones no se pueden construir sobre mentiras”, por eso le cuesta entender el afecto que su sobrina siente por las personas que la apropiaron. “Nos conocemos poco. Pero es la hija de mi hermana y quiero tener una relación (…) Más allá de cualquier cosa que suceda, quiero reiterarle a Miriam que siempre voy a estar para ella”, concluyó.

Elsa Poblete

A continuación, declaró desde San Juan la hermana menor de Carlos Simón Poblete, Elsa, y lo recordó junto con su cuñada. Carlos era “un importante” estudiante de la Facultad de Ingeniería: “No solamente como alumno sino por su dedicación en el centro de estudiantes y su militancia social permanente”. Así fue como se conoció con María del Carmen “Pichona” Moyano. “Mi hermano no solamente estudiaba sino que destinaba su tiempo a pensar en el otro, en el necesitado, en ayudar, en trabajar para combatir el analfabetismo: daban clases por las noches en villas y barrios carenciados —se explayó—. Esta misión social para nosotros era un orgullo”.

Elsa Poblete, hermana de Carlos

Al poco tiempo de conocerse y conformarse como pareja, Carlos y Pichona vivieron un mes en la casa de Elsa. Sin embargo, por su militancia fueron víctimas de persecuciones y debieron pasar a la clandestinidad.  A mediados del 75, “la fuerza federal” —según palabras de la testigo— allanó esa vivienda mientras la pareja estaba de viaje en Mendoza. Nunca regresaron a ese domicilio y cortaron casi contacto con la familia Poblete. Todo lo que sabe es por libros u otras personas.

En octubre de 1976 a Elsa le llegó la noticia del embarazo de su cuñada. Supo que, a mediados de enero del 77, decidieron buscar otro lugar donde vivir, siempre en la clandestinidad. Sin embargo, en esa misión la pareja fue detenida y trasladada al CCD La Perla. “Los testigos de La Perla dicen que dormían en un colchón juntos los dos”, relató con cariño la testigo. Desde ahí desapareció Carlos “y mi cuñada fue llevada a la ESMA”.

El testimonio de Sara Osatinsky y el libro “Nunca más” le esclarecieron el destino de María del Carmen y también “sobre el nacimiento de nuestra sobrina en la ESMA”. Cuando empezó con contracciones, “Pichona” pidió a gritos que una de sus compañeras, Sara, estuviera con ella durante el parto. Los perpetradores accedieron pero mientras ella daba a luz, su amiga estuvo todo el tiempo encadenada de pies. “[Sara] Vivenció que nació una nena —confirmó Elsa Poblete—. En el 2017 la encontraron. Es Miriam y es nuestra sobrina de sangre”.

Luego del nacimiento, separaron a madre e hija. Dicen que a María del Carmen la hicieron escribir una carta pidiendo que la niña fuera con la familia biológica. “Llegó a Mendoza pero fue a parar a una familia de apropiadores”, lamentó la testigo.

La madre y el padre de la familia Poblete fallecieron cuando Elsa era muy chica. Así que se criaron entre hermanos y hermanas: las y los mayores —que tenían más de veinte años— cuidaban a quienes eran menores. En su familia “existía un miedo fuertísimo”, por eso recién llegada la democracia empezaron a tomar coraje e hicieron una presentación ante la justicia por Carlos y Pichona. Para esa fecha no sabían de la existencia de Miriam.

Durante la dictadura, asegura la testigo, el pionero de la búsqueda incesante de la pareja y su bebé fue el padre de María del Carmen, Francisco Moyano. Pero las familias siempre estuvieron en contacto: “Vivimos a la par los terribles años de incertidumbre y dolor. Tenemos esa sensación de sufrimiento. Dónde están, qué pasó y cosas inconclusas”, reflexionó Elsa Poblete.

Recién con la publicación del Nunca más, elaborado por la Conadep, supieron el destino de Carlos y Pichona, como también del nacimiento de su sobrina. Pudo conocerla en 2017, en la casa de Abuelas en Buenos Aires, “junto con su hermoso hijo”, sonrió Elsa.

La próxima audiencia será el viernes 21 de mayo a las 9:30.

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El Colectivo Juicios Mendoza se conformó en 2010 por iniciativa de los Organismos de Derechos Humanos para la cobertura del primer juicio por delitos de lesa humanidad de la Ciudad de Mendoza. Desde ese momento, se dedicó ininterrumpidamente al seguimiento, registro y difusión de los sucesivos procesos judiciales por crímenes cometidos durante el terrorismo de Estado.