02-07-2021 | En esta audiencia del juicio por la apropiación de la hija de María del Carmen Moyano y Carlos Poblete hubo dos testigos. Declararon Fernando Sánchez, exmarido de una de las hijas del matrimonio imputado, y su hermano Rodrigo, que además es pareja de Cintia Troncoso, quien inició la denuncia penal en 2012. La próxima audiencia es el 30 de julio a las 9:30.
Es la novena audiencia del juicio por la apropiación de Miriam, hija de “Pichona” Moyano y Carlos Poblete. En esta ocasión, fueron citados a declarar dos hermanos que tienen relación con el matrimonio imputado: Rodrigo Sánchez, quien supo de la situación procesal de Armando Osvaldo Fernández hace unos ocho años por su hermano, y Fernando Sánchez, segundo testigo y exmarido de una de las hijas del matrimonio. Ambos testimonios estuvieron atravesados por la falta de recuerdos sobre las fechas, los hechos y las situaciones, y destacaron conocer lo que se investiga a través de los medios de comunicación.
Los testigos
El primero en prestar declaración fue Rodrigo José Sánchez. Relató que hace aproximadamente ocho años, en una reunión familiar, su hermano Fernando le contó que su suegro, Armando Osvaldo Fernández, estaba preso “quizás por el tema de la Miriam”. “Yo, sorprendido de la noticia, cuando llego a mi casa le cuento a mi señora”, relató el testigo. Su esposa es Cintia Troncoso, quien declaró en la audiencia anterior y tuvo la valentía de hacer la denuncia por la posible apropiación ante la fiscalía federal.
Extrañamente, Rodrigo aseguró que Fernando conocía la apropiación de Miriam y la situación procesal de Armando Osvaldo Fernández —su entonces suegro— por “las noticias de los diarios”. Sin embargo, como es sabido, la primera información pública sobre la restitución de la identidad de Miriam fue en diciembre del 2017 y la denuncia data de octubre del 2012. En ese momento, se estaba realizando el tercer juicio por delitos de lesa humanidad de Mendoza y Fernández terminó con condena a prisión perpetua en la sentencia de marzo del 2013.
De hecho, Cintia Troncoso aseguró en su testimonio que quien habló de la prisión de Fernández fueron Iris Luffi y Stella, su hija, que luego le contó a su marido, Fernando. Ante estas incongruencias, el fiscal Daniel Rodríguez Infante le pidió al testigo que aclarara la fuente de la información. Rodrigo cedió un poco: “Seguramente lo escuchó de alguien (…) Se lo contó su mujer y seguramente por las noticias algo sabe. Pero no recuerdo eso de ‘Stella me dijo tanto y tanto’”.
A continuación, la fiscalía le pidió más precisiones y el testigo señaló que, hasta que supo que Fernández estaba preso, él pensó que estaba trabajando fuera de la provincia: “Decían que estaba en San Luis, porque mucho tiempo no se lo vio”. Rodrigo Sánchez, además, remarcó que la situación no le llamó la atención: “No sé con profundidad el tema, nunca me interesé, ni antes ni ahora”. Su esposa, por el contrario, decidió ahondar en el hecho a raíz de lo que él le contó. Fue “su decisión” y tuvo “sus razones”, aseguró. Según dijo Rodrigo, nunca volvió a hablar con Fernando del tema.
Al segundo testigo, Fernando Ulises Sánchez, se le pidió que relatara lo conversado con su hermano sobre los hechos que se investigan. El testigo quitó importancia al asunto: “Con mi hermano hablamos de muchas cosas y sobre este tema hablamos como cualquier tema más”. La información supuestamente provenía de “lo que salía en los medios públicos, en los diarios, en la televisión”, pero no se interesó especialmente y lo tomó “como cualquier otro tema familiar”.
Negó recordar una conversación sobre la situación procesal de Armando Osvaldo Fernández y aseguró haber conocido “leyendo en el diario” que Miriam no era hija biológica del matrimonio imputado. Pero, nuevamente, contrario a lo que había dicho Troncoso, el testigo aseguró que su entonces esposa, Stella Fernández, no le mencionó nada al respecto. A raíz de las incongruencias entre las declaraciones, el fiscal se vio obligado a recordarles a los dos testigos que el falso testimonio está prohibido por ley y puede ser objeto de una investigación penal.
El querellante por Abuelas de Plaza de Mayo, Emanuel Lovelli, indagó sobre el momento en que supo aquella noticia. “Fue una sorpresa, conmovió a la familia (…) Todo el entorno familiar estaba en shock”, afirmó Fernando Sánchez. Y mencionó que, en ese entonces, él se limitó a acompañar a su esposa. Mencionó que la familia Fernández es muy reservada y él se mantuvo “ajeno a lo específico de su núcleo”. Destacó, además, la relación que aún los une: sus hijos son nietos del matrimonio Fernández-Luffi. El fiscal Daniel Rodríguez Infante, finalmente, le preguntó a Sánchez si había hablado sobre esta declaración con su hermano. “Sí, como un tema más”, mencionó el testigo.
Antes de concluir la audiencia, el tribunal, la fiscalía y la defensa repasaron los testimonios que faltan, con la lista original —entre quienes están Jorge Castro Rubel y Teresa Meschiatti— más las incorporaciones solicitadas —como Ana María Martí y Alicia Lo Giúdice—. Lo Giúdice es psicoanalista y trabaja los procesos que atraviesa una persona cuya identidad es restituida. La defensa pidió que para su incorporación se le consultara a Miriam.
La próxima audiencia es el 30 de julio a las 9:30.