11-04-2019 | Durante la breve jornada de hoy, la secretaria del tribunal prosiguió la lectura del requerimiento de elevación a juicio. En esta ocasión, se presentó un esquema de la estructura represiva de la Aeronáutica –inteligencia, fuerzas operacionales y centros clandestinos de detención- y sus responsables. La próxima audiencia será el jueves 25 de abril a las 9:30.

La segunda audiencia del juicio en curso comenzó con demora. Una vez resueltas las dificultades técnicas -son varios los acusados que asisten al debate por videoconferencia desde distintos puntos del país- se retomó la lectura de la investigación del Ministerio Público Fiscal por la que están imputados once miembros de la Fuerza Aérea. El ya mencionado informe del Grupo de Trabajo sobre Archivos de las Fuerzas Armadas del Ministerio de Defensa de la Nación aportó un organigrama donde figuran las áreas dedicadas a inteligencia dentro de la Aeronáutica en nuestra provincia: la Regional Oeste y la División II.
Las áreas de inteligencia
En sintonía con la estructura del Ejército, que dispuso dependencias exclusivas para esta tarea –el Batallón 601 y destacamentos como el 144-, la Regional dependía directamente de la Jefatura II de Inteligencia del Estado Mayor de la Fuerza Aérea que funcionaba en el edificio Cóndor. Por declaraciones de ex conscriptos, se confirmó que tuvo una sede dentro de la IV Brigada y otra en calles Belgrano y Emilio Civit de Ciudad. Luego se trasladó a Godoy Cruz y Alberdi de Guaymallén –donde declaró haber sido interrogado Mario Venditti-. Habría dejado de existir hacia 1982.
Su rango de acción fue amplio, puesto que las personas detenidas eran trasladadas desde distintos puntos del país en razón de su lugar de militancia y por la mayor utilidad de la información que pudiera extraerse de los interrogatorios. Esto sucedió con varias de las víctimas que pasaron por el Centro Clandestino de Detención (CCD) Las Lajas: a Osvaldo Zuin y Horacio Ferraris los secuestraron en Córdoba y San Luis, respectivamente; Juan Ramón Fernández, oriundo de Buenos Aires, fue conducido desde Las Lajas hasta El Vesubio. El testimonio de un ex conscripto así lo confirma: Flores Tejada declaró que en la IV Brigada Aérea, en 1977, presenció el traslado de detenidos que descendían de aviones distintos a los tristemente famosos “Hércules” que utilizaba el Sistema Penitenciario Federal para el movimiento de prisioneros y prisioneras.
La puesta en funcionamiento de la Regional Oeste en 1976 estuvo a cargo de Osvaldo Padorno, quien fue su primer jefe. Luego asumieron Emilio García y José Constanzo. La División Contrainteligencia estuvo a cargo de Julio Roberto Agüero.
La División II de Inteligencia, por su parte, integraba la Jefatura de la IV Brigada y cumplió un rol similar al G2 del Ejército. Sus autoridades también condujeron regularmente algunas de las unidades operacionales como el Escuadrón Tropa (Padorno) o la Compañía de Policía Militar (Santa María). Intervinieron como auxiliares Alberto López y Olimpo Carelli.
Por último, ex agentes de la Aeronáutica revistaron también en la Central Única de Inteligencia. Si bien su lugar en el esquema represivo no es preciso, posiblemente respondió orgánicamente a la VIII Brigada de Infantería de Montaña del Ejército como base de la Comunidad Informativa. Como indican sus legajos, los fallecidos García, Carelli y Jofré, así como el imputado López D’Alessandro, trabajaron coordinadamente con esta central de marzo a septiembre de 1976 –fecha que coincide con los traslados de los y las detenidas en el Casino de Suboficiales y la Compañía de Comunicaciones a distintas cárceles del país-.

La estructura represiva de la Fuerza Aérea
Como se explicó en la primera audiencia, la Aeronáutica intervino en la lucha antisubversiva desde la IV Brigada Aérea, la Regional Oeste de Inteligencia, las seccionales policiales subordinadas a ella -16 y 17- y sus propios centros clandestinos de detención.
Además de Las Lajas, el cine que funcionaba en un hangar de la IV Brigada también fue utilizado como CCD, junto con los calabozos del Puesto de Guardia B y la zona de Los Polvorines, cercana al Algarrobal.
La IV Brigada
La fiscalía pudo reconstruir el organigrama de la IV Brigada, cuyas máximas autoridades fueron Juan Carlos González Castro -1976 a 1978-, Jorge A. Hughes -1978 a 1980-, Ernesto Horacio Crespo -1981 a 1982- y Carlos De Blasis -durante 1983-.
La Jefatura de Brigada estaba integrada por distintas divisiones -Personal, Central, Instrucción-. La número II, como se dijo, correspondía a Inteligencia y fue conducida por Osvaldo Padorno -1976- y Carlos Santa María –de 1977 a 1980-. Prestaron servicios como auxiliares Alberto López y Olimpo Carelli.
Por su parte, la Jefatura de Operaciones 4, también dependiente de la Jefatura de Brigada, incluía al Grupo Base 4, integrado por distintas Secciones -Incorporación, Central- y Escuadrones –Comunicaciones, Servicios, Sanidad, Tropa-. Dentro de ellos, el Escuadrón Tropa fue fundamental en la estrategia represiva: funcionó como unidad operacional, preparándose para el combate y la seguridad terrestres.
Este escuadrón estaba compuesto por la Compañía de Policía Militar, la Compañía Servicios, la Subunidad COIN (Contra Insurgencia) y la Banda de Música. Todas estas unidades participaron, en mayor o menor medida, en los delitos analizados. Sus jefes fueron Osvaldo Padorno, Alberto Raganato y Juan Carlos Cuadrado.

La Compañía de Policía Militar -cuyas autoridades fueron Alberto Raganato y Carlos Santa María- tenía a su cargo la guardia y la instrucción de los conscriptos, pero también la ejecución de procedimientos y detenciones, como señala el reglamento orgánico aportado por uno de sus integrantes, Elio Gaviola. Está comprobado que este grupo intervino en el operativo de 1977 contra la familia Pérez-Pereyra.
La Subunidad COIN, después Compañía de Defensa, se formó a mediados de los años 60 para la lucha contrainsurgente. Ex conscriptos declararon que este grupo de oficiales y suboficiales jóvenes realizaba constantemente salidas y funcionaba como “fuerza de choque” contra organizaciones “guerrilleras”. Según sus legajos, Julio Rolando Escudero y Néstor Nivaldo Carmona fueron subinstructores de este grupo.
La Banda de Música, por su parte, realizaba las guardias en las áreas dispuestas como CCD, tal como declararon las víctimas. Desde 1975 hasta 1980 su director fue José Chiofalo.
Para las áreas operacionales, a diferencia de las abocadas a inteligencia, la fiscalía determinó distintas responsabilidades. Los altos mandos deben responder por todos los hechos, debido a su innegable nivel de conocimiento. Lo mismo ocurre con los integrantes de la Subunidad COIN, por la especificidad de su tarea antisubversiva. Para el resto de los imputados, respecto de los operativos conjuntos con otras fuerzas, solo se consideraron los secuestros practicados directamente por la Fuerza Aérea y/o en algunas de sus dependencias. Por último, a la Banda de Música solo se le atribuyeron las detenciones en la IV Brigada, donde realizaba la custodia.
La lectura continuará el jueves 25 de abril a las 9.30