19-3-2021 | Declaró Cristian Javier Charparín, hijo mayor de Isabel Membrive y Juan Carlos Charparín. Su testimonio amplió lo relatado por su hermana Claudia la audiencia anterior. Gracias a la investigación realizada por el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH), la familia pudo conocer algunos elementos sobre los destinos de Isabel y Juan Carlos. La próxima audiencia será el miércoles 31 de marzo a las 9:30.
Cristian Javier Charparín tenía seis años la última vez que vio a su padre y a su madre. Casi toda la información que logró recolectar posteriormente sobre sus destinos la proporcionó el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos cuando se acercó a consultar, ya con dieciocho o veinte años, a fines de los ochenta.
El testigo relató que en marzo de 1976 la familia regresaba en auto a su domicilio —posiblemente en Adolfo Calle de Guaymallén, según sus recuerdos— y Juan Carlos, que conducía, le indicó a Isabel que bajara antes con él y su hermana. El vehículo, propiedad de su abuelo paterno, nunca apareció. A raíz de un documento del Departamento de Informaciones de la Policía (D2) sobre un fallecido en la zona, la hipótesis sugiere que hubo un enfrentamiento entre Juan Carlos y esta fuerza, pero Cristian no pudo confirmar si su padre había sido asesinado o estaba desaparecido.
Refirió que una noche Isabel los dejó a él y a Claudia —de tres años— en la casa de su cuñado, Domingo Santiago Charparín. Le prometió al niño que volvería por él y su hermana al día siguiente, pero no supieron nada más de ella. “Yo empecé la escuela primaria tarde, en abril o mayo”, recordó.
Su abuelo, Alfredo Isidoro Charparín, trató de averiguar sobre el vehículo y su hijo: “Era una situación muy atípica”. Pero en alguna comisaría le dijeron “no te metas, te puede pasar a vos” y, por temor a las amenazas que recibió, dejó todo de lado. “Mi abuela siempre pensó que mi papá iba a volver, era una cuestión propia de la época y la circunstancia. Habían tenido que mantenerse alejados. No se barajaba la idea de muerte o desaparición física”, explicó.
“El trabajo que hizo el MEDH fue muy prolijo, cruzando informes y testimonios. Así se pudieron reconstruir los hechos. No había juicio ni cuestión penal en ese momento”, relató Charparín. Con el tiempo “se fueron armando dos expedientes”. Supieron que Isabel estaba desaparecida y que Juan Carlos había sido víctima de un enfrentamiento. Cristian refirió que existía la posibilidad de que su padre hubiera sido enterrado como “NN” en el cuadro 33 del Cementerio de Capital.
Isabel, por su parte, estuvo viva dos años más, pero no tuvo contacto con él y su hermana “por el riesgo”. En mayo de 1978 se la llevaron de la casa de una familia en Godoy Cruz, frente al Cementerio. El fiscal Rodríguez Infante mencionó el apellido “Herrera” y el testigo confirmó que así se llamaba el hombre con el que se entrevistaron. El dato sobre esta vivienda lo aportó al MEDH un compañero de Isabel. Cristian y su hermana visitaron una sola vez a la familia. Allí se enteraron de que Isabel, que se hacía llamar “Coca”, era una persona de confianza para el matrimonio, tanto que la habían elegido madrina de uno de sus hijos. “Tuvieron un shock muy grande, volvieron un fin de semana y encontraron toda la casa revuelta, nunca más vieron a mi mamá. No tuvieron explicaciones”. Por respeto, ni él ni su hermana volvieron a contactarse con la pareja. La mujer ya había prestado testimonio para el MEDH. También mencionó que tenían una foto de su madre.
Rodríguez Infante comentó que el hombre, llamado Carlos Remigio Herrera, había declarado en instrucción, ocasión en la que se refirió al encuentro. El testigo pidió acceder a esa declaración y el tribunal tomó en cuenta la solicitud. La fiscalía aprovechó la instancia para repetir el ofrecimiento que hizo la audiencia anterior a Claudia y puso a disposición toda la información que la oficina tiene sobre ambos casos.
Debido a que el viernes 2 de abril es feriado, el tribunal dispuso que la próxima audiencia sea el miércoles 31 de marzo a las 9:30.
