AUDIENCIA 57 / EL TESTIMONIO DE MARÍA LAURA CARZOLIO TISSONE

1-10-2021 | Declaró por primera vez María Laura Carzolio, hija de Nélida Tissone y Néstor Carzolio, matrimonio secuestrado en Mendoza en el marco del operativo contra el Partido Comunista Marxista Leninista a fines de 1977. En la misma vivienda fue detenido Jorge Fonseca. Por su parte, Elba Zuin relató lo que ella y su familia creyeron por años sobre la desaparición de su hermano Osvaldo, visto por última vez en Las Lajas. La próxima audiencia será el 15 de octubre a las 9:30.

Los secuestros de Nélida Tissone y Néstor Carzolio fueron abordados en el tercer juicio de Mendoza cuando se investigó el llamado “Operativo Escoba” de diciembre de 1977. A esa altura la detención de Jorge Fonseca ya había sido desarrollada en el proceso anterior, que concluyó con la absolución del único imputado. El presente debate retoma la desaparición del matrimonio para determinar la responsabilidad del Destacamento de Inteligencia 144. El secuestro de Osvaldo Zuin en Las Lajas, en tanto, quedó sin condena en el sexto juicio por falta de acusados. Ahora tiene como imputados a múltiples integrantes de la Aeronáutica.

María Laura Carzolio: “Ahora estoy agradecida de poder dar mi testimonio”

Soy María Laura Carzolio y puedo decirlo porque sé quiénes fueron mis padres”, comenzó su declaración. La testigo tenía 6 años recién cumplidos cuando el aparato represivo local secuestró a su padre y a su madre. Nélida Tissone y Néstor Carzolio se habían trasladado a Mendoza desde Berisso, su ciudad natal, en 1976. Ella era maestra y él había sido obrero de Swift, al igual que su hermano Hugo Carzolio, también desaparecido. En nuestra provincia Néstor abrió una mimbrería.

El 5 de diciembre de 1977 por la noche, cerca de las nueve, María Laura estaba acostada en el departamento interno que la familia alquilaba en calle Boulogne Sur Mer de Godoy Cruz. En la cocina conversaban su madre y “José [Jorge] del Carmen Fonseca”, compañero de militancia de la pareja. Primero escucharon ruidos fuertes y caminatas por el techo, luego ingresaron tres o cuatro personas con armas largas. Alguien colocó una venda en la boca de la niña y le ordenó que se quedara quieta y callada. Poco después llegaron con su padre, que había sido secuestrado en la calle junto con el hijo menor de la familia. En su recuerdo, “fue algo simultáneo”.

María Laura Carzolio
María Laura Carzolio

“A mi hermanito lo acostaron y le taparon la boca. Estábamos muy asustados. Escuché que a mi papá le pegaban y lo interrogaban por documentación. No sé cuánto tiempo pasó, pueden haber sido siglos o minutos. Sé que me marcó para toda la vida, fue un antes y un después”, explicó.

Finalmente, maniataron a todas las personas presentes y las condujeron a la salida. Lucía, una vecina, se interpuso y pidió que dejaran a “a los chicos” —más adelante la testigo reconoció que también podría haber sido su hija Fanny—. María Laura relató que a la mujer le colocaron un arma en la cabeza y le respondieron “vieja de mierda, no te metás”. La niña y el niño quedaron efectivamente en la habitación, con vendas. Lucía se comunicó con la familia de Nélida y dos días más tarde viajaron a Mendoza. María Laura y su hermano se criaron en Buenos Aires con la familia Tissone.

“Ahí empezó una búsqueda incesante, muchos miedos, muchos silencios. No declaré antes por esos miedos que tuvieron mis abuelos, por esos silencios (…) Miedo a saber quién soy, miedo de dónde vengo, miedo a opinar. Pero ahora estoy agradecida de poder dar mi testimonio. Sé que mis padres, dónde están, están súper orgullosos de lo que puedo hacer”. Y agregó: “Creo en la justicia. No creo en Dios, creo en el universo y en las energías. Y creo que en la vida todo vuelve”.

El fiscal Daniel Rodríguez Infante preguntó por Fonseca. María Laura detalló que recordaba la presencia de “alguien más”. Con los años, leyendo en redes y blogs sobre los diferentes juicios, dio con su nombre. Supo entonces que era de Neuquén, que había vivido en la casa de su madre y que había migrado a Mendoza junto a ella en 1976. Lucía, la vecina, había mencionado que tenía una moto Zanella de color rojo. La familia Tissone-Carzolio, por su parte, era propietaria de una “camionetita” celeste. La testigo también mencionó que la denuncia por los secuestros posiblemente la hubiera hecho Fanny.

Audiencia 57

María Laura se refirió al impacto que tuvo el episodio en sus vidas. “A mis abuelos paternos no los conocí, fallecieron muy jóvenes. Mis abuelos maternos fueron los que nos rescataron (…) y se hicieron cargo de nosotros (…) Mi hermano era una persona muy callada. Lamentablemente, no tuvimos el acompañamiento que hubiéramos necesitado, no fuimos al psicólogo. Tuvimos el cariño y la contención de mis abuelos, pero tuvieron que criar a dos nietos como si fueran sus hijos, con todo el dolor del mundo porque faltaba la hija, en un momento de miedos y silencios (…) Mi hermano, con 34 años, falleció de cáncer. Estoy segura de que el cáncer es una enfermedad psicosomática (…) Mi hermano también fue una víctima de un proceso represivo y abusivo”, concluyó.

Elba Zuin sobre su hermano Osvaldo: “Mis padres murieron sin saber”

La segunda persona en declarar fue Elba Mirta Zuin, hermana de Osvaldo Zuin, desaparecido en 1977. Su causa ha sido investigada en juicios anteriores, pero aún no tiene condenados. Tenía 23 años cuando lo secuestraron. Elba fue la última persona de su familia que lo vio, un día que la visitó en la Escuela Villalobos de Luján, donde ella trabajaba como docente. En esa ocasión le dijo que se iba y, después de ese encuentro, se quedó tranquila.

Elba Zuin

Sin embargo, la noche anterior —o unos días antes, no recordó con precisión—, un grupo de personas había irrumpido en la casa de la familia Zuin, en Tropero Sosa 286 de Maipú. Rompieron la puerta para entrar y, entre amenazas y ataduras, les preguntaron a su mamá y a su papá por Osvaldo. La madre solo le pudo decir que estudiaba teatro y trabajaba en YPF. Eran gente humilde y aún así les robaron las pocas cosas de valor que podían tener: cubiertos, vajilla, un tocadiscos.

No hicieron ninguna denuncia porque no se habían llevado a Osvaldo, siempre pensaron que se había ido de viaje. “En ese momento era difícil”, recordó Elba. Ella era docente, tenía una hija pequeña y estaba embarazada. Recién después de muchos años, en mayo del 2004, supieron por una publicación en el diario Los Andes que Osvaldo había estado en el centro clandestino de detención Campo Las Lajas, en Las Heras. “Mis padres murieron sin saber, siempre esperando que llegara”, lamentó la testigo.

Fue ese el evento por el que se enteró del destino de su hermano: “Lloré mucho, sufrí mucho”, afirmó. A raíz de las preguntas de los defensores, recordó que aquella publicación “mencionaba a un señor López”, en clara referencia a Mauricio López, aunque ella no sabía quién era.

Sobre Osvaldo, Elba Zuin contó que entre los 9 y los 11 años “estuvo en el seminario” —estudió en la escuela religiosa León XIII, de la orden mercedaria— en La Calera, provincia de Córdoba. Mencionó que empezó a estudiar teatro a los dieciocho años y era compañero de Mariú Carrera. También dijo que vivió un tiempo en Buenos Aires. Aseguró que, a su vuelta, Osvaldo vivió en Luján pero no conoció su casa. No le conoció militancia política pero sabía que a veces llevaba algunos folletos a la casa de su papá y su mamá.

La próxima audiencia será el 15 de octubre a las 9:30.

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El Colectivo Juicios Mendoza se conformó en 2010 por iniciativa de los Organismos de Derechos Humanos para la cobertura del primer juicio por delitos de lesa humanidad de la Ciudad de Mendoza. Desde ese momento, se dedicó ininterrumpidamente al seguimiento, registro y difusión de los sucesivos procesos judiciales por crímenes cometidos durante el terrorismo de Estado.