10-12-2021 | El tribunal y las partes realizaron una inspección ocular en Las Lajas, campo de tiro de la Fuerza Aérea que funcionó durante la dictadura como centro clandestino de detención, torturas y exterminio. Guio el recorrido Ángel Rodolfo Ruggeri, actual habitante del lugar y testigo en este juicio.
Se realizó una inspección ocular en Campo Las Lajas, centro clandestino de detención (CCD) del cual se conocen pocos sobrevivientes. Uno de ellos es Horacio Ferraris, quien ha declarado en juicio más de una vez. La inspección fue guiada por Ángel Rodolfo Ruggeri, quien hace alrededor de veinte años solicitó autorización a la IV Brigada Aérea para criar cabras en el lugar. Tiempo después, arregló la construcción que había y se trasladó hasta allá con su taller metalúrgico.
Ruggeri ya había prestado testimonio en este debate y se le recordó que su relato sobre Las Lajas se tomaría como continuación de aquella instancia. El representante del Ministerio Público Fiscal, Daniel Rodríguez Infante, contó: «La inspección tuvo el objeto de que el tribunal y las partes recorrieran el lugar para tomar impresión y formarse una idea de cómo era el lugar a la época de los hechos».
El testigo les mostró las instalaciones y les contó cuáles eran las modificaciones que había hecho él. El objetivo «es poder compararlas con el estado en el que estaban a la época de los hechos que se juzgan, justamente a partir del conocimiento que tuvo él cuando llegó», aseguró el fiscal. Entre otras refacciones, mencionó que el baño al que ahora se ingresa desde adentro, antes se ingresaba exclusivamente desde afuera y eso coincide con la descripción de Ferraris. También mostró algunas paredes que antes no estaban y aberturas que él cerró.
Sobre el final, Ángel Rodolfo Ruggeri hizo alusión a los autos que se encontraron en la zona, enterrados a varios metros de profundidad. Se trata de vehículos antiguos que la fiscalía hizo peritar para conocer modelo, año, etc. Están todavía bajo investigación y buscan determinar cuál es su origen y, sobre todo, por qué estaban bajo tierra. El testigo contó que intentó hacer averiguaciones y la representante letrada de la Fuerza Aérea le dijo que habían sido usados a modo de objetivo para practicar disparos desde los aviones. Aún no se sabe si tienen relación con el terrorismo de Estado.
Además del fiscal, estuvieron presentes los jueces Alberto Carelli y Héctor Cortés; el defensor oficial, Leonardo Pérez Videla; los abogados particulares Carlos Benavídez Bocca y Juan Yoma, y Ruggeri como guía.