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AUDIENCIA 2 / Para descartar

12-10-2018 | Hoy declaró Silvia Laura Defant, amiga de Claudia Domínguez Castro. Aportó su parte de la historia, desde que la conoció, en 1996. Sospechas e inquietudes sobre su origen al interior de su grupo de amigas.

Silvia conoció a Claudia en 1996 cuando empezaron a estudiar ingeniería en sistemas en la UTN. Si bien las dos dejaron la carrera y siguieron sendos caminos, mantienen hasta hoy una relación muy estrecha, también junto a una tercera mujer más. Claudia le contó a ambas que era adoptada, que lo sabía desde que era muy chica y nunca más se habló del tema.

Las amigas le empezaron a preguntar sobre su madre biológica. Lo único que sabía era lo que le habían dicho sus padres:era una chica muy joven de clase humilde que vivía en San Luis y no podía mantener a un niño/a. No recordó la versión exacta pero, al parecer, el contacto habría sido a través de Julio Bozzo, que trabajaba en el correo.

A pesar de esta versión, insistieron las amigas en que, por la fecha de su nacimiento, podía ser hija de personas desaparecidas. Silvia estaba muy marcada por la historia de su familia. Su papá se exilió, su mamá fue presa política y la historia de las desapariciones forzadas le tocó siempre muy de cerca.

Silvia Defant

Claudia afirmaba muy convencida que esa no era su historia, no tenía eso en su cabeza. Su padre y su madre toda la vida le habían contado otra versión y ella se conformaba con eso. El cuestionamiento surgió cuando le plantearon si no le gustaría saber si tendría algún hermano o hermana. Estas inquietudes no tomaban fuerza suficiente y no quiso buscar por ese lado. “Quizás le resultaba menos doloroso”, reflexionó la testigo.

En 2008, cuando fue mamá, decidió buscar su origen biológico. Silvia, que es abogada, junto a su madre, contactaron a Abuelas, desde el estudio jurídico donde trabajaban. Acordaron una charla telefónica con el Organismo pero a último momento Claudia no fue porque “estaba complicada”.

Fue recién en 2015 que la posible hija de personas desaparecidas recibió una llamada de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI). A raíz de sospechas y denuncias le ofrecieron hacerse voluntariamente un análisis de ADN. Sus padres le dijeron que se lo hiciera “para descartar”, pero que tuviera cuidado porque “hay gente mala”. Ella accedió, en un principio, para sacarse ese peso de encima y, esos primeros días, Julio y Antonia le contaron que quien la había traído a su casa era su padrino; en referencia a Segundo Héctor Carabajal.

Ante la pregunta del fiscal Dante Vega, la testigo recordó un diálogo en una comida familiar en la casa de Claudia. En el televisor transmitían alguna noticia sobre un hecho de inseguridad ciudadana y Julio, padre de su amiga, hizo un comentario que ella no recordó literal pero referenciaba que “estábamos mejor cuando estaban las botas” u “ojalá volvieran las botas”. Silvia disintió y recordó que aquel dicho, sin hacerlo culpable, referenció para ella una connotación ideológica que le dio la pauta de que podía haber algo más detrás de la adopción de Claudia.

Finalmente, y otra vez a pedido de la Fiscalía, Silvia Defant relató que recordaba una extorsión que había sufrido “otro tío”. Si no pagaba la deuda de Carabajal, denunciarían a Julio y Antonia por tener “una bebé robada”. No pudo precisar pero habló de “cuestiones de plata, cuestiones turbias” y afirmó que ese tío “siempre andaba en eso”.

La próxima audiencia será el viernes 26 de octubre a las 9:30.

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El Colectivo Juicios Mendoza se conformó en 2010 por iniciativa de los Organismos de Derechos Humanos para la cobertura del primer juicio por delitos de lesa humanidad de la Ciudad de Mendoza. Desde ese momento, se dedicó ininterrumpidamente al seguimiento, registro y difusión de los sucesivos procesos judiciales por crímenes cometidos durante el terrorismo de Estado.