AUDIENCIA 65 / CAUSA OLIVERA-RODRÍGUEZ JURADO (VII): SOLEDAD PUENTE OLIVERA DESDE EL AMOR

26-07-2011 | María Soledad Puente Olivera, segunda hija de la pareja conformada por Nora Rodríguez Jurado y Rafael Olivera, ratificó los hechos que rodearon los secuestros de sus progenitores y estimó posible la intervención de  Alberto Olivera, exjefe de Policía y primo de Rafael, en la desaparición de su padre. Rememoró actitudes y gestos vividos al interior de su familia que daban cuenta del vínculo amoroso de sus padres entre sí y para con sus hijas.  

Soledad tenía cuatro años cuando sucedieron los secuestros de Rafael y Nora. Solo recuerda que, tras las rejas de la Guardería, esperaba que fueran a buscarla el día en que su mamá fue secuestrada. También dijo tener recuerdos de la vida familiar en San Juan y Mendoza, un ambiente tranquilo donde no percibió que se encontraban en riesgo. Evocó imágenes de aquellos años cuando su papá la llevaba a dormir y la arropaba. Paralelamente, de su relato se infiere que la familia estaba perseguida y buscaba un lugar seguro para vivir. Reveló que Nora tuvo posibilidad de irse del país con las nenas pero como el ofrecimiento no era extensivo a Rafael, no quiso dejarlo solo. “Viví mucho amor”, dijo Soledad refiriéndose a su familia.

Los hechos que rodearon al secuestro los reconstruyó en base a los dichos de su hermana mayor Jimena y por su propia indagación al recorrer, ya adulta, los lugares donde habían habitado o se contaban con datos de la pareja. Confirmó que su madre pertenecía a la Agrupación Evita y era alfabetizadora acompañando al cura «Macuca» Llorens, mientras que su papá pertenecía a Montoneros. En cuanto al operativo, ratificó que Nora fue secuestrada cerca de su domicilio, vendada y trasladada junto a su hermana Jimena a un lugar con oficinas.

Dijo que su padre se desplazaba en bicicleta, al acercarse a su casa y verla vigilada siguió de largo perseguido por el hombre que le dio alcance y lo derrumbó de un golpe. En anteriores declaraciones quedó flotando la posibilidad de que un primo de Rafael, el coronel Alberto Olivera, jefe de Policía de Mendoza desde 1977, haya intervenido directamente en las desapariciones. Al respecto, Soledad dijo haberse enterado hace pocos años de la existencia de Alberto “Meneco» Olivera, con un  alto cargo en la Policía e intentó verlo pero su familia rehusó pasarle el contacto con el argumento de que estaba enfermo. Dado el reconocimiento fotográfico de la vecina Nélida Maranzana, quién identificó a Alberto Olivera como el hombre que custodiaba la casa, a lo que se suma el silencio de la familia en torno a una figura clave para proveer información sobre el paradero del matrimonio, le permite suponer que el pariente y exjefe de policía estuvo involucrado en el caso.

También dio cuenta de que tiempo después de los secuestros de sus padres, cuando las niñas ya vivían en Buenos Aires, llegaron a la casa de su abuelo, el general Jorge Olivera, dos bolsas de consorcios con los juguetes que tenían en Guaymallén, bastante deteriorados, pero no pudo explicarse cómo llegaron a sus manos ni quien los envió. Para cerrar, en relación a su padre y madre, señaló: “Me gustaría saber qué paso” y «dónde están».

Al finalizar la jornada, el tribunal y las partes resolvieron que a partir de la próxima semana se inicia la etapa de los alegatos.

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

El Colectivo Juicios Mendoza se conformó en 2010 por iniciativa de los Organismos de Derechos Humanos para la cobertura del primer juicio por delitos de lesa humanidad de la Ciudad de Mendoza. Desde ese momento, se dedicó ininterrumpidamente al seguimiento, registro y difusión de los sucesivos procesos judiciales por crímenes cometidos durante el terrorismo de Estado.