15-12-17 / Se escucharon dos testimonios por la causa Las Lajas. Primero declaró José Flores, exsoldado en la IV Brigada Aérea que ofreció sustanciosas revelaciones. Por otro lado, Teresa Meschiatti, sobreviviente del CCD La Perla, relató haber compartido cautiverio con Osvaldo Zuin después de su secuestro en la ciudad de Córdoba.
La mayor parte de la jornada fue destinada a recibir el testimonio de José Alberto Flores Tejada, soldado entre febrero de 1977 y marzo de 1978, que revistaba en la Policía Militar. Él es oriundo de Jáchal, San Juan y tiene un pariente desaparecido por esos días.
El hombre dijo no conocer Las Lajas porque recibió entrenamiento en Potrerillos. En aquellos años ya no se utilizaba el campo de tiro Las Lajas para realizar las prácticas, aclaró.
Una tarde del mes de agosto o septiembre de 1977, cuando se encontraban en la guardia móvil, fue convocado, junto a otros soldados, para custodiar un avión que había aterrizado en un lugar inusual, al que ubicó cerca del “ hangar del Douglas”. Fuera de la vista normal de la aeronave descendieron 6 o 7 personas vendadas y maniatadas, una de ellas en una camilla, acompañadas por el Comodoro Santa María y Armando Carelli; los dos últimos procesados en este juicio. Los secuestrados fueron cargados en un camión, tipo furgón, que no tenía insignias militares ni pertenecía a la IV Brigada. El suceso le llamó la atención a más de un soldado pero poco se hablaba de ello.
Agregó que durante el servicio sucedían hechos extraños. Dijo que Carelli se enseñoreaba con un Valiant color gris, sin placa; entraba y salía generalmente de noche, sin someterse a ningún reconocimiento.
Recordó haber participado de un procedimiento en una casa de la 6ta. Sección de donde solo sacaron cajas. Últimamente ha tratado de ubicarla con precisión pero supone que fue repintada y cambió su aspecto. También relató que próximo al puesto “B” tenían esposado, cautivo, a un hombre que mencionaban como “el Viejo”.
Como nota curiosa relató que en una oportunidad le aplicaron un test a 250 o 300 soldados que contenía preguntas sobre las Fuerzas Armadas y el gobierno militar. Flores trató de contestar lo esperado por sus jefes; sin embargo, quedó entre los 20 observados. Lo catalogaron de zurdo.
Flores afirmó que Juan Carlos Santa María, Armando Carelli, el suboficial Pagella y otros solían concurrir a una oficina de Inteligencia que se encontraba en la Brigada. Supo el rol de esa dependencia por los dichos de un soldado que tenía acceso a la misma.
El Inquisidor
El testigo debió responder varias preguntas de la parte acusadora. Asimismo, sorteó con solvencia el rol de inquisidor con que el abogado Carlos Benavidez formula sus preguntas cuando alguien compromete a su cliente, el Comodoro Santa Mmaría. Benavidez trata de presionar, hace preguntas insidiosas e incluso emite valoraciones sobre la respuesta del testigo. Por esta situación, el presidente del Tribunal hoy le llamó la atención.
Así, a propósito del relato de Flores sobre el avión en el que Carelli y Santa María trasladaban detenidos, Benavidez pretendía que recordara el nombre de los solados de la guardia móvil o describiera qué hizo el día antes y después, poniendo en cuestión su memoria como si se pudiera equiparar el hallazgo del desembarco de personas secuestradas con situaciones cotidianas. También reprochó al testigo porque en la actualidad no puede reconocer aquella casa que abordaron en la 6ta. Sección, en cambio dijo ubicarla con certeza, en su declaración de 2004. En tono censurable reprochó al testigo: “Antes sí y ahora no”.
Zuin en Córdoba
Teresa Celia Meschiatti declaró por videoconferencia desde Córdoba. Fue secuestrada el 25 de septiembre de 1976 en esa provincia y recuperó su libertad el 28 de diciembre de 1978. Entre las personas mendocinas que conoció estando en cautiverio en el centro clandestino La Perla mencionó a Osvaldo Zuin.
En mayo de 1977 llevaron a la cuadra donde estaba detenida Meschiatti a un muchacho delgado, de pelo castaño oscuro y con una pierna rota. De noche, cuando la guardia se quedó afuera, se acercaron a él. Les dijo que se llamaba Horacio, que era mendocino y exseminarista. No mencionó pertenencia a organización política alguna. La pierna se la había fracturado durante el secuestro en Córdoba y a Teresa le llamó la atención que nunca le atendieron esa herida. El muchacho estaba contento porque le informaron que lo iban a trasladar a su provincia.
Después de la noche que se lo llevaron, el suboficial Vega, oriundo de Godoy Cruz, les dijo que lo enviaron a Mendoza y que estaba bien. Pero la testigo sabía que ellos mentían. Muchas veces habían dicho que le daban la libertad a una persona y el vehículo no se dirigía a la ciudad sino al campo de fusilamiento. El personal de La Perla era del destacamento de Inteligencia del Ejército cuyo tercer cuerpo estaba bajo las órdenes de Menéndez.
Hace tres o cuatro años, la testigo recibió un correo electrónico de familiares de Horacio. En el contenido enviaban una foto de él y su nombre real, Osvaldo Zuin. Allí supo realmente cómo se llamaba y, a pesar del paso del tiempo, aclaró “95% segura de que era él”.
La próxima audiencia será después de la feria judicial, el 1 de febrero de 2018, con sendas inspecciones oculares.