28-06-18 / Hoy fue el turno de Carlos Benavidez, abogado particular del exvicecomodoro Juan Carlos Santa María, para quien solicitó la absolución. En su intervención trató de minimizar la participación de la Fuerza Aérea en la represión ilegal e intentó desvincular a su cliente de lo sucedido en el Campo Las Lajas. Destacó que pudo contar con todas las garantías del derecho a defensa y elogió el desempeño del Tribunal y los acusadores.
Carlos Benavidez abrió su alegato citando al fiscal Strassera para arribar a su sonada frase: “Nunca Más”. Inmediatamente después pidió la absolución de su defendido e hizo algunas consideraciones generales sobre la Fuerza Aérea y su menor injerencia en las operaciones antisubversivas frente al rol central del Ejército.
Dijo adherir al planteo del defensor oficial, Leonardo Pérez Videla, para rechazar las imputaciones que pesan sobre los acusados.
En primer término, sostuvo la prescripción de los delitos que se le imputan a su defendido. Para ello echó mano del único voto en disidencia del juez Carlos Fayt en el fallo Simón. En el año 2005, la Corte Suprema de Justicia instrumentó la ley del Congreso que determinaba la inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y habilitó el inicio de los juicios por delitos de lesa humanidad. El abogado Benavidez leyó los fundamentos utilizados por Fayt en esa ocasión para apoyar su postura.
Asimismo, sostuvo la inconstitucionalidad de la prisión perpetua e hizo hincapié en la edad del acusado. Santa María, de 73 años de edad, hace 6 que se encuentra en la cárcel; tal situación, según el defensor, violaría la letra de un tratado referido a la prisión de los adultos mayores.
Luego, Carlos Benavidez, pidió la nulidad del auto de elevación a juicio en tanto no estaría acreditada la figura de asociación ilícita. Esgrimió que no se cumplirían los tres requisitos para considerar a su defendido partícipe de ese delito. El primero consiste en ser integrante de una banda de tres o más personas. “¿Asociación ilícita con quién?” -señaló el defensor-. No hay pruebas de que participó de la Comunidad Informativa ni del Comando de Operaciones Tácticas. No hay registros de su contribución a la Inteligencia de la Regional Oeste de la Fuerza Aérea como sí figuran en los legajos de Armando Carelli y de otro oficial al que no quiso nombrar. De sus dichos se desprende que se trata de Jorge García (fallecido en la guerra de Malvinas) que se desempeñaba como Jefe de Interrogadores.
En un tramo de su exposición pidió, también, la nulidad del alegato de la querella de la provincia de Mendoza que adhirió al planteo de la Fiscalía. Se mostró ofendido porque estuvieron en pocas audiencias y “pidieron un montón de perpetuas”.
Lejos de la escena del crimen
Inevitablemente, el abogado debió mencionar que Juan Carlos Santa María era de Jefe de la División Inteligencia de la IV Brigada Aérea, pero para atenuar el peso de ese cargo, dijo, sin más especificaciones, que estaba abocado “a cumplir una función formal”. Agregó que su defendido centraba su desempeño en la Policía Militar, donde se asentó, en 1978, tras dejar la jefatura de Inteligencia.
También mencionó la orden 239 del Gral. Maradona que dejaba a todas las armas bajo el comando del Ejército. Admitió que la Fuerza Aérea contribuyó a la lucha contra la subversión pero se replegó en septiembre de 1976, cuando su defendido aún no estaba en la IV Brigada.
Benavidez intentó transferir al Ejército toda la responsabilidad de lo acontecido en el Campo Las Lajas. Reconoció la veracidad de los testimonios de las víctimas y agregó que al menos cuatro de ellas estuvieron a merced del Ejército. Luque fue detenido y trasladado a un CCD de artillería de esa fuerza, en San Luis. Ferraris recaló en La Perla; mientras que Zuin provenía de ese lugar comandado por el 3er. Cuerpo. En tanto, en el operativo de detención de Mauricio López, de acuerdo a las declaraciones de los testigos, los vehículos no pertenecían a la Fuerza Aérea, sino que eran presumiblemente del Ejército o, tal vez, de la Policía Federal, aseguró.
El defensor enfatizó que el entonces Capitán Santa María nada tenía que ver con el Campo Las Lajas, salvo que tuviera “el poder de la bilocación”, ironizó, ya que ese lugar quedaba a 10 km. de su oficina y contaba con un solo subalterno.
En cuanto a la puntual detención de Mauricio López, insistió que, para la fecha del operativo, enero de 1977, el acusado estaba con licencia anual. Luego sufrió un problema de salud que lo apartó de sus tareas por un mes y en marzo contrajo matrimonio. Trató de ubicarlo lejos del escenario de los hechos.
Finalmente, desacreditó los dichos del testigo Flores Tejada quien se desempeñaba como soldado conscripto, y de Benditti, por contradictorio.
Benavidez consideró que la acusación le llegó “de rebote”. Solicitó la absolución lisa y llana o por el beneficio de la duda, en favor de su cliente. También, hizo reserva de Casación.
La próxima audiencia será el jueves 26 de julio, después de la feria judicial.